De despidos, mediocres y cambios

El sábado se hizo oficial que El País, el principal periódico de tirada nacional, despedía a 129 de sus periodistas. Entre ellos, grandes nombres que han vivido gran parte de su extensa carrera profesional en él.

Una tragedia que, sin duda, no es principalmente culpa suya. Que gente como Ramón Lobo esté fuera, con su perfil, como corresponsal pero también como periodista bien integrado en el entorno digital, debería avergonzar a cualquiera.

Sin embargo, no hay que llevarse a engaño. La situación del grupo Prisa, en general, no es más que fruto de su pésima gestión en los últimos años, de la ausencia de crítica en el interior de la empresa y, por supuesto, de un gran cambio de paradigma en el mundo de los medios que no todos quieren ver. Ahora, cuando ya no hay nada que hacer, cuando ya es tarde, algunos protestan. Como ya dije en Twitter, parece que la gran mayoría se ha caído del guindo este fin de semana.

No conozco la redacción de El País, pero sí conozco el Grupo Prisa. Además, tengo información de primera mano de personas que han trabajado allí, en la redacción de la calle Miguel Yuste. Su política de contratación ha sido nefasta durante, al menos, quince años. Pero es ahora, cuando se toca a los trabajadores indefinidos, cuando se pone el grito en el Cielo.

Este es un problema extensible al resto de empresas de la sociedad española. Es un problema, quizá uno de los dos o tres principales, del país. Por si a alguien le interesa, pueden echar un ojo al trabajo que, durante años, llevando realizando la gente de ‘Nada es gratis’ o Politikon. Pero no deja de parecerme hipócrita o miope el verlo.

Lo cierto es que en el grupo existe una inflación salarial que quita el sentido. Las ineficiencias de gestión son tan evidentes, tan bestiales, que da vergüenza mencionarlas. Aunque puedo ofrecer mil y una anécdota.

Por supuesto, como me hacían ver en Twitter, esta inflación es asimétrica. Y esto es algo con lo que estoy de acuerdo. Siempre pagan los mismos y por eso mi queja de más arriba. Es verdad que los puestos de Dirección apenas se han tocado y que sus sueldos son más altos que los de redacción; pero también es verdad que esa inflación salarial, esos sueldos abultados, existían entre los empleados.

Cuando leí que algunos llamaban a un boicot al periódico o señalaban que @el_pais perdía seguidores a mansalva por el hecho de los despidos—como si no el propio medio no se estuviera haciendo el harakiri ya…—, hice una mueca cínica, ¿de qué servirá? ¿No ven el cambio? ¿Ni los problemas principales?

Y esto no va a quedar aquí. Una vez la purga de contratos temporales ya se ha hecho, toca el turno de los indefinidos y, para algunos, comienza la verdadera Crisis. Hasta que a uno no le toca, no lo ve. Entonces, cambia de perspectiva. O como Gonzalo Martín señalaba en la ‘discusión’ en Twitter, no es que no lo vean, es que no quieren perder sus privilegios. Ay, amigo, cuando te toca.

Más pronto que tarde, se producirán despidos en Sogecable. Volveremos a ver el mismo tipo de gregarismo estúpido que se ha producido ahora y también cuando se cerró CNN+.

Por otro lado, de importancia capital, está la pésima gestión del gurú de Cebrián, estandarte de una España que ha crecido a la sombra del poder político. Acercándose a unos, o acercándose a otros. De nuevo, no es un problema de Prisa. Es general. Lo estamos viendo. Lo estamos pagando.

Es tan nefasta su gestión que ha conseguido cargarse al principal grupo de comunicación en español en ¿cuánto? ¿cinco años? El ejemplo es de libro: se ha tardado veinticinco años en levantar tal imperio, bajo el mando de Polanco, y cuando se muere… no dura un asalto entre luchas políticas y operaciones innecesarias y rocambolescas. Ay, de aquella OPA a Digital+. Qué importante es la calidad directiva y cuánto la despreciamos en España. Con todo y con eso, este señor lo dice mejor que yo, “las mayores y más costosas ineficiencias son las de la dirección, aunque el castigo se lo estén llevando las redacciones”. Lo extiendo no sólo al mundo del periodismo, sino de la comunicación en general.

Es tal la mediocridad de los cuadros altos y medios en la empresa en España —salvo excepciones— que da hasta miedo. Son muchos los ejemplos. Y este es otro de los principales del país: la selección de sus élites. Estamos tan rodeados de mediocridad que uno intenta hacer algo y… se le echan encima. No es que no sepamos ser excelentes, es que ese espejo que la excelencia porta consigo hace ver la propia mediocridad al que es mediocre. Y hay cosas que no se pueden aguantar…

Si el problema del sistema laboral se soluciona en medio año, con ganas y buena dirección, este problema, el de la configuración de las élites y la búsqueda de la excelencia, nos puede llevar veinte años fácilmente. Y si nos ponemos ya, pero creo que quedará tocar más fondo. Porque se puede caer más bajo todavía, incluso quedarse estancado en el fondo del pozo. No lo olvidemos.

Por último, nos encontramos con el brutal cambio de paradigma de los medios. A estas alturas, quien no lo vea es, cuánto menos, estúpido. Todos los grupos de comunicación tendrán que ajustarse —cambiar de escala, como decía Gonzalo—. Los medios, hasta el día de hoy, juegan a ‘transformarse’, pero no dejan de ser lo mismo que ayer. Y no, no hay vuelta atrás: la gran mayoría de empresas caerán porque esta transformación tiene que ser honesta, radical y… eficiente. Estoy seguro de que caerán. Por no saber adaptarse, porque prefieren morir que cambiar. Y, en cierto sentido, así debe ser.

Guardiola, Mourinho, El País, MediaPro, Sogecable u otra vuelta de tuerca a la Guerra del Fútbol

Cualquiera que sea aficionado al fútbol, al Real Madrid y al que también le guste leer la prensa deportiva —nunca tomándosela en serio, por favor— se habrá percatado que hay periódicos que están a favor del Madrid y los hay que está a favor del Barcelona. Digamos que no hay que ser muy listo para darse cuenta de que lo que suelen vender es populismo, la broma fácil y el pique rápido. Tiene la importancia justa y, dentro de eso, no hay que darle más vueltas.

Siendo madridista como es uno, tengo que reconocer que, en los últimos años, la supremacía blaugrana ha sido tal que, ya fuera un periódico u otro, siempre se alababa al Barcelona, a sus jugadores y a su entrenador, Guardiola. De hecho, yo mismo lo he hecho. Me parece —o parecía— de lo más normal.

Lector de prensa deportiva como soy, debo reconocer que tengo mis periodistas preferidos: Juanma Trueba, en AS; Santiago Segurola, en Marca; Cuéllar, en ABC; y el equipo de deportes de El País, formado por José Samano, Ramón Besa y muchos otros. De alguna forma, dentro de la mediocridad mediática existente, afirmaría que son grandes profesionales, escriben bien y ponen cierto orden dentro del caos que la información deportiva genera. Lo que quiero decir es que al día siguiente del partido de turno busco sus artículos. En particular, aunque no venga al caso, recomiendo a Juanma Trueba, el tipo lo vale: escribe sobre fútbol, sí, pero lo hace sin que el fútbol importe.

Además, en el último año, con la llegada de Mourinho al banquillo del Madrid —también con sus formas, todo hay que decirlo– las críticas a éste han sido continuas. Hasta cierto punto, me parecía normal. El tipo busca los focos y sabe cómo buscarlos. Ofrece la muleta y los periodistas van como toros.

Sin embargo, tanta alabanza al Barcelona cuando su juego no es el de antes y tanta crítica desaforada a Mourinho —incluso cuando tiene razón— comenzaron a hacerme sospechar. Escéptico que es uno, oigan. Entiendo que el Real Madrid no juega como el Barcelona pero, dejando a parte que jugar como él es pegarse un tiro en el pie, ¿realmente tiene que jugar así?

Como ya sabéis, también me interesa de forma particular la batallita que se traen Sogecable y MediaPro por los derechos del fútbol. Lo traté, entre otros posts, aquí, aquí y aquí.

Además, y esto no sé si lo sabéis, actualmente existe una vinculación muy estrecha entre los dirigentes de MediaPro y laSexta y los del Real Madrid. De hecho, unos y otros están mezclados. Por ejemplo, aunque ahora mismo no está en el Real Madrid, García Ferreras, el director de laSexta —presenta ‘Al rojo vivo’—, fue directivo en la primera etapa de Florentino. Tambien Prisa se vio en problemas cuando el Madrid firmó con MediaPro –fue un gran golpe en su guerra—. Digamos que entre el Real Madrid y MediaPro existe feeling. Y esa mirada de ojos entre uno y otro es a costa de Sogecable, del grupo Prisa.

Pues bien, con toda la tontería y locura que suponen los cuatro partidos seguidos del Madrid y el Barça, he notado cierto encabezonamiento en los periodistas de El País –también en AS existe— en, no ya alabar el juego del Barcelona, si no hacer hincapié en la mala baba de Mourinho y en la repercusión que esto tiene en la mala imagen del Real Madrid. Algunos ejemplos son éste, éste y éste. En periodistas tan centrados y que siempre han evitado la polémica, al menos llama la atención tanto ensañamiento. El artículo sobre Arbeloa, en el que se le compara con Mayor Oreja por jugar con intensidad una final de Copa del Rey, digamos que no tiene ni pies ni cabeza. Más cuando el incidente de Messi de unos días antes—creo que no lo hizo adrede— se pasó por alto. Incluso, en el artículo sobre Arbeloa, también se critica, de refilón, entre líneas, sin venir a cuento, a Mourinho y al Real Madrid.

Pero, ¿hay algo más? Creo que sí. El País forma parte del grupo Prisa –al igual que AS— y me temo que es otro capítulo más en la Guerra del Fútbol. Ya no sólo es una guerra audiovisual por los derechos del fútbol, creo que es una guerra —encubierta entre, ya sabéis, piratas y corsarios— entre dos de los principales grupos de comunicación del país. Digamos que se trata de hundir al contrario, ahora sí, con todas las armas disponibles. Incluso a costa de la reputación de sus periodistas que, todo hay que decirlo, es de lo poco bueno que le queda a Prisa. A lo mejor es, simplemente, que con tanta fiebre futbolera, se me está yendo la cabeza. O, peor aún, que soy muy mal pensado. Puede ser.

* También creo que Mourinho lo sabe, de ahí sus constantes comentarios sobre la prensa y la presión que existe en el Real Madrid, ésa que no ha tenido hasta ahora incluso militando en equipos europeos grandes.

La temporada 2009/10

Con este post, que planeo sea el penúltimo dedicado a la guerra empresarial librada por Sogecable y MediaPro, presento una breve cronología de lo que sucedió en la creación de los actuales canales Canal+ Liga y Gol Televisión. Todo ello explica muy bien lo que sucede actualmente.

laSexta, de la cual es accionista MediaPro de forma indirecta, inició los trámites legales para solicitar el cambio de licencia en su segundo canal —Hogar 10— el 15 de abril de 2009 para así poder emitir la señal de Gol Televisión, codificada en la TDT en España.

Continuando con su particular guerra, Gol Televisión anunciaba el día 26 de junio de 2009 que en la temporada 09/10 habría dos partidos de Liga BBVA en directo. En cada jornada se ofrecería un partido del Real Madrid o del FC Barcelona, en función de la disponibilidad, con un coste de dieciocho euros al mes. Este hecho fue confirmado posteriormente con el acuerdo de entrada en ONO a partir del 1 de agosto. Además, otras operadoras no tardaron en hacer lo mismo, con precios que oscilaban entre los diez euros y los quince euros.

El Consejo de Ministros autorizó la TDT de pago el jueves 13 de agosto de 2009 y Gol Televisión inició su señal con un Sporting-Nacional de la primera división de Portugal al día siguiente.

El 17 de agosto de 2009, por sorpresa, Jaume Roures anunció que Gol Televisión emitiría tres partidos de liga a la semana, manteniendo dos de ellos compartidos con Canal+ Liga y otro de manera exclusiva en su propio canal. Asimismo, anunció la emisión en exclusiva de todos los partidos del Eurobasket 2009, a excepción de los partidos de la Selección Española que se emitirían en abierto en laSexta.

El 28 de agosto de 2009, el día antes del comienzo de la Liga, Telefónica y MediaPro llegaron a un acuerdo para que Gol Televisión estuviera en Imagenio, única operadora, exceptuando Digital+, que no incluía el canal. Ese mismo día las emisiones comenzarton, gratis para los abonados al paquete familiar y a 14,90 euros a los abonados a otros paquetes.

El 21 de octubre de 2009, MediaPro y Sogecable firmaron la pipa de la paz de forma momento y llegaron a un nuevo acuerdo para ofrecer el tercer partido de la Primera División —hasta el momento emitido exclusivamente en Gol Televisión– a través de Canal+ Liga. En el acuerdo también se incluía el abono para bares, que era exclusivo de ONO e Imagenio.

Como consecuencia de este embrollo empresarial —sumado al fracasado intento de fusión que ambas compañías intentaron a lo largo del verano—, la planificación de la temporada, en lo que a fútbol se refiere, estuvo en el aire hasta poquísimo tiempo antes de comenzar la temporada o, como dicen los futboleros, de que el balón echara a rodar.

Fútbol gratis o ¿dónde está la rentabilidad, Salinas?

La situación comentada en el anterior post produjo el hecho insólito de la retransmisión de tres partidos de la liga en abierto en una jornada y también de una jornada sin retrasmitir un sólo partido.

Este conflicto tuvo una altísima repercusión mediática ya que las dos partes implicadas se negaban a dar su brazo a torcer y cada una hacía lo máximo posible por perjudicar a la otra. El día 9 de octubre de 2007 la sentencia de un juez instó a Audiovisual Sport y MediaPro a la explotación de los partidos tal y como estaba estipulado en los contratos de Julio de 2006 y prohibió a MediaPro cualquier acto que impidiera a su rival el disfrute de los derechos de todos los clubes de 1ª División (salvo el Murcia, que firmó con ellos una vez ascendido a Primera División). Este hecho supuso la inmediata subida en Bolsa de Sogecable, la más beneficiada por la sentencia.

A su vez, a MediaPro le fue prohibida, tras interponer una demanda Audiovisual Sport, la entrada de sus cámaras en el campo del Recreativo de Huelva en 2008, siendo retransmitido ese partido (Recreativo de Huelva – F.C. Barcelona) en exclusiva por Telecinco.

Como consecuencia de la rescisión unilateral del contrato por parte de varios clubes[1] que no dejaron entrar las cámaras de Audiovisual Sport en la temporada 2008/09, se produjo otro gran bombazo desde las filas de MediaPro: fútbol gratis y en abierto en la jornada 29.

Así, entre los equipos que jugaron la liga ese fin de semana en La Sexta, destacaron el Barcelona que se enfrentó al Valladolid, el duelo entre el Málaga y el Real Madrid, el Sevilla que jugó en casa del Recreativo y el Mallorca contra el Athletic en San Mamés. El domingo de aquel fin de semana, también se ofreció en abierto el Espanyol-Deportivo y Valencia-Getafe. Este hecho, el de retransmitir hasta seis partidos en abierto una misma jornada se continuó repitiendo a lo largo de la temporada.

Es de señalar algo curioso referido al calificativo de “gratis”. Esa etiqueta sólo se usaba –por determinados medios- para La Sexta. Cuando Antena 3 retransmitió un partido de Liga de Campeones aquella misma semana no era «fútbol gratis». Tampoco cuando Telecinco emitió una semifinal de la Copa del Rey, ni cuando TVE ofreció un partido de la selección española.

En términos económicos, la rentabilidad de esta decisión era nula. El objetivo era provocar, llamar la atención del gran público a la par que se rompía el mercado, destrozando la oferta de contenidos del rival; es decir, una lucha entre piratas y corsarios en toda regla.

Como era lógico, esta situación no se podía alargar mucho y fue Jaume Roures, presidente de MediaPro, quien, a falta de cinco jornadas para el final de la temporada, ya avisó de que la próxima –la 2009/10- no se volvería a repetir con tal intensidad la retransmisión de partidos de fútbol por parte de La Sexta, además de anunciar el lanzamiento de un nuevo canal que ofrecería el fútbol en la modalidad de pago pero a unos precios más económicos para el espectador o consumidor final que los que se ofrecían anteriormente.


[1] Por primera vez en la historia de la televisión española, una cadena, La Sexta, emitiría ese fin de semana, de forma gratuita, seis partidos de la Primera división del campeonato de Liga. Esta situación fue consecuencia de la decisión tomada por el denominado G30 —nueve clubes de Primera y 13 de Segunda—, que decidió rescindir su contrato con Audiovisual Sport/Sogecable ante sus “reiterados incumplimientos de contrato”.

Fútbol, Sogecable, MediaPro, piratas y corsarios

Ayer Digital+ anunció que la Champions vuelve a su oferta televisiva al hacerse con los derechos en exclusiva de todos los partidos —excepto uno, en abierto de forma obligatoria— a partir de 2012 y, también hace pocos días, aunque ha pasado un poco desapercibido, MediaPro anunció que en pocos meses podría dejar de estar en concurso de acreedores, algo que según Prisa todavía está por ver.

Las tres noticias no son más que la constancia de lo importante que son los contenidos deportivos en televisión y lo mucho que se juegan ambas compañías en la ‘Guerra del fútbol’. Tenéis ejemplos de lo que digo aquí, con una reflexión sobre lo beneficioso que es para ambos algo desfasada en cuanto a datos; aquí y aquí, con datos que muestran los programas deportivos más vistos del año en primer lugar —fijaos en las cuotas de audiencia—  y en relación con otros tipos de géneros en segundo lugar. Creo que voy a dedicar unos cuantos posts al asunto y espero que éste sirva como introductorio.

Sogecable se vio amenazado con el ‘fútbol gratis’ de MediaPro y ahora MediaPro siente su futuro modelo de negocio del ‘todo a un euro’ retado con la última maniobra de Sogecable. Conozco bien los hechos pues uno de los abogados de Sogecable, Javier Carrillo, fue mi profesor durante los momentos más álgidos del enfrentamiento y, aunque no soltara prenda, si uno estaba listo sabía por dónde iban los cañonazos.

Usando una terminología algo heterodoxa, lo de Sogecable y MediaPro, como digo, se trata de una lucha de piratas contra corsarios aplicada al ámbito empresarial. Y esto siempre es así: un corsario es aquel que se identifica con la simple operación de obtener una autorización legal: un documento llamado patente de corso, otorgado por un estado, que autoriza a un particular o particulares a atacar barcos y puertos enemigos, usualmente compartiendo el botín. Un corsario es aquel que lleva a cabo una operación de forma legal. Los piratas, en cambio, son aquellos marinos que atacan sin autorización legal no sólo barcos, sino también ciudades costeras. La lógica económica y empresarial señala que todo pirata quiere derribar al corsario de turno para ocupar su lugar. En definitiva, todo pirata quiere ser corsario y todo corsario se defiende de los ataques piratas. Así es como se dirimen las luchas empresariales en cualquier ámbito.

Pues bien, Sogecable y MediaPro, sus respectivos grupos, luchan en una guerra donde, hasta hace bien poco, Sogecable era el corsario y MediaPro, el pirata. Sogecable, antes de ser corsario, fue pirata. MediaPro, ahora pirata, acabará siendo corsario —sino lo es ya—. Repito: no hay buenos o malos, mejores o peores, sino simplemente corsarios y piratas.