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De emprendedores, charlatanes y embaucadores

Las dietas de moda son populares porque prometen asombrosos resultados con un mínimo esfuerzo. Muchas personas quieren perder peso, pero no desean pagar el precio de ingerir menos calorías y hacer ejercicio de una manera más habitual. Estas personas son convencidas demasiado deprisa por las tranquilizadoras palabras de otras que se proclaman expertas y que venden un producto milagroso. Quieren creer que esta nueva dieta fácil de seguir dará realmente resultados.

La economía del emprendimiento también es popular, más o menos por la misma razón. En este sentido, todo el mundo puede adoptar el título de emprendedor y afirmar que ha descubierto una fácil solución para resolver los problemas, por pequeños que éstos sean, no sólo de la economía, sino de la sociedad. Además, estas modas suelen tentar a los políticos, que están deseosos de encontrar una solución fácil y nueva para resolver los problemas difíciles y persistentes. Algunas modas proceden de charlatanes que utilizan locas teorías para acaparar la atención del público y promover sus propios intereses. Otras proceden de embaucadores que creen que sus teorías son realmente ciertas.

Ser emprendedor es algo muy serio y no creo que de la noche a la mañana los emprendedores crezcan como setas. Hay ganas, sí, pero no emprende con éxito el que quiere sino el que realmente puede porque consigue unas condiciones que le permiten tomar decisiones y correr riesgos que en otro entorno no podría tomar. Aún así, la tasa de fracasos, por desgracia, es altísima como para tomar decisiones de forma liviana. Y más en España. Si quieres, puedes; seguro que sí, pero con sangre, sudor y lágrimas. Emprender consiste en darse ostias y levantarte; es una actitud vital, una forma de interpretar la vida, un modo de afrontar la realidad y una manera que tenemos de entender lo que nos rodea. Un emprendedor se  perfecciona, sí, pero a partir de la formación y a partir de la experiencia, y no a base de canapés en el último evento de turno o escribiendo un tweet o post alabando a otro pseudoemprendedor. Eso ya lo hemos probado y no funciona. Me preocupa, por un lado, que muchos, perdidos o simplemente necesitados de consejo, se fíen de los que proclaman que emprender es un camino de rosas y no sigan los pasos adecuados para realmente emprender y, por el otro, me preocupa que, como dije, charlatanes y embaucadores lideren un cambio que deje las cosas peor de lo que están para luego salir corriendo hacia la próxima promesa social. Porque todos sabemos que las burbujas y las modas, cíclicas, se dan tanto en los tulipanes y viviendas como en las formas de afrontar la vida, ¿verdad?

Me viene a la cabeza el famoso vídeo de Steve Jobs en el cual relata cómo consiguió casarse con la mujer que quería y formar una familia además de fundar una de las empresas que, a día de hoy, presenta una cotización bursátil de las más altas de las bolsas norteamericanas, vende productos que conjugan calidad y fantasía y posee un grupo de clientes incondicional. Junto a él, me viene a la cabeza la palabra perseverar. Creo que para ser emprendedor, como para muchas otras cosas en la vida, hay que pagar peaje, ¿cuántos están dispuestos a pagarlo? Una cosa es decir que sí y otra es pagarlo cuando se llega a la taquilla. Una vez me dijeron que, si realmente quería algo, debía darme veinticinco años. Si a los veinticinco años no lo conseguía, debería continuar intentándolo, ¿están todos los que se proclaman como emprendedores dispuestos a pagar ese peaje? Creo saber la respuesta y de ahí mis preocupaciones anteriores.

Las personas que siguen una dieta de moda ponen en peligro su salud, pero raras veces la pérdida de peso que desean. Asimismo, cuando se recurre a los consejos de charlatanes y embaucadores, raras veces se consiguen los resultados deseables que preveían. La sociedad española necesita de una buena dosis de actividad emprendedora, es verdad, y se deben tomar las medidas adecuadas para, pensando en términos marginales, que se lleve a cabo. Pero no toda vale.

En el caso de la nutrición, los expertos se pusieron de acuerdo hace muchos años sobre los elementos básicos de la pérdida de peso: ejercicio y una dieta equilibrada de grasas. En el ámbito de la empresa, según Schumpeter, el emprendedor es aquel que tiene la capacidad de transformar innovaciones, desde un invento a un producto practico, lo que obviamente implica un alto riesgo económico. El fundamento de todo esto se encuentra en el trabajo. La innovación por la innovación no sirve para nada, pues necesita de una aplicación que haga la vida más fácil. En todo ello, el networking, Internet y otras muchas actividades no son más que complementarias, tentáculos que permiten una mayor proyección a ese trabajo. A veces pienso que se está haciendo más hincapié en lo segundo que en lo primero. Y me preocupa.

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Comentario

  1. Estoy de acuerdo con la mayoría; el problema es que como pones en el artículo emprender e innovación van muy de la mano. Y, por el cuello de ambas, está la alta inversión económica. En el caso particular de España no recuerdo ninguna innovación o alguna compañía emprendedora que digas «wow». Probablemente la más cercana (con éxito) sea Tuenti. Pero únicamente tiene la componente de ‘emprender’, pero no la de ‘innovar’. Y el siguiente caso (al menos en el mundo audiovisual, que es el que más manejo) que se me ocurre es Next Limit, pero ellos ya fueron en el año 98, pero ellos sí que han tenido éxito, han sido emprendedores y han innovado.

    Al final, lo que quiero decir es que no creo que podamos aspirar a mucho más tal y como está la situación del I+D+i en España. Donde la inmensa mayoría de las empresas españolas están tan ahogadas, que no pueden siquiera dedicar tiempo y recursos a la innovación. Y las empresas extranjeras, por supuesto, aunque trabajen desde España, se llevan toda esa infraestructura fuera de nuestras fronteras.

  2. Hola, Álex

    ¿qué tal?

    No me refería a eso exactamente con el post. Lo que quería decir es que últimamente veo un cierto ambiente a ‘yo quiero ser emprendedor’ y me da que, aún haciendo falta, será una moda pasajera. Como muy a menudo sucede, se suele dejar el patio peor de lo que está. Y está mal.

    En cuanto a tus palabras, si tienes ideas y cierto valor, el dinero viene. El dinero es tonto, pero muchos de lo que lo tienen no lo son. Es cuestión de tiempo y que pienses en términos marginales. Utilizando un símil barato: primero trabajas por cuenta ajena y, cuando puedes —con tiempo y recursos—, te lo montas por tu cuenta. Es un comparación algo mala, pero es la que se me ocurre ahora.

    Siempre hay altos y bajos, pero, si te pones manos a la obra, siempre es así: http://bit.ly/i0LdiW Y te hablo para las personas y para las empresas.

    En cuanto a España, veo a gente preparada y a empresas con potencial. Pero también las veo quejicas (que no crítica), conformistas y con poco valor. Las cosas son duras, pero merecen la pena. No es fallar, es levantarse.