K-Pop en @noticias_cuatro

Mucho se habla de la necesaria internacionalización de los productos culturales españoles. Que lo español es bueno, pero que no sabemos venderlo. Que tenemos que ajustar la oferta a contenidos universales, entendibles en el resto del mundo. Que no es que sea algo coyuntural, sino que debe ser algo estructural. Zarandajas.

Mientras tanto, no miramos a quién deberíamos mirar. Los surcoreanos saben hacerlo: desde esta pequeña pieza en un noticiario hasta la estrategia de su Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo. Da igual que te guste el K-Pop o te gusten los K-Dramas, se trata de utilizar las redes sociales, donde están hablando de ti, para llevar a cabo políticas culturales estratégicas, que alimenten y permitan crecer a un sector. Se trata de Economía, Política y Cultura, de industrias culturales.

No es casualidad que en primavera del año pasado se haya inaugurado el Centro Cultural Coreano —donde, por cierto, estudio el idioma— en Madrid y que, poco a poco, su cultura se vaya colando en el informativo de una cadena nacional, aunque sea un minuto y medio. Alguien, en algún lugar de Seúl, debió dar órdenes para que se permitiera cierta estrategia, que permitiera ciertas tácticas de gestión y expansión cultural, que a su vez posibilitaron la promoción de una acción cultural concreta en un informativo nocturno, aunque sea de un viernes por la noche, y que yo, sin vinculación alguna a Corea del Sur, esté escribiendo este post.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=t8mHPeUhQRY[/youtube]

Lecturas: ‘Industrias Creativas. Amenazas sobre la cultura digital’

Acabo de terminar la lectura de ‘Industrias Creativas: amenazas sobre la cultura digital’, que aborda de forma crítica la cuestión de la economía creativa. En él, escriben autores destacadísimos a nivel europeo. Por decirlo de algún modo, se encuentran artículos de lo mejor de cada casa de la escuela crítica de las industrias culturales: Enrique Bustamante, Philipee Bouquillion, Nicholas Garhnam, Bernarde Miége, Pierre Moeglin, Giuseppe Richeri, Philip Schlesinger, Gaëtan Tremblay —canadiense— y Ramón Zallo ofrecen su opinión en el libro.

Se trata de un libro, como digo, que ofrece un examen crítico de la economía creativa tan de moda actual frente al mundo de las industrias culturales. Dicha creatividad, en el centro de las políticas actuales de casi todos los gobiernos, se convierte en un concepto poco inocente que ocupa también el lugar que históricamente le ocupaba a la Cultura.

Personalmente, el libro me ha gustado, aunque no es ‘entretenido’ sino riguroso. Siempre digo que la próxima burbuja es la de los emprendedores, algo muy serio que desde gobiernos, consultoras y charlatanes se vende como la pócima mágica a explotar si se quiere ser alguien en esta ‘Nueva Economía’. Sin tratar implícitamente de esto último, creo el libro ofrece algunas explicaciones que pueden servir para hacerse una idea de lo que está sucediendo.