Lecturas: ‘Vivo en el futuro… y esto es lo que veo’, de Nick Bilton

El otro día pasaba por La Casa del Libro y no pude evitar comprar ‘Vivo en el futuro y esto es lo que veo’. El título no es que sea para sentar Cátedra, pero reconozco que es de obligada lectura para todo aquel interesado en la deriva de Internet y el consumo de contenidos. Sin realmente saber cómo será el futuro, toca múltiples palos que permiten visualizar mejor hacia dónde se va: nada volverá a ser como antes.

El libro está escrito por Nick Bilton, joven periodista de New York Times, profesor universitario y también autor del blog Bits. Es muy ameno, con muchos ejemplos y casos reales desde un punto de vista positivo: el autor no está muy por la labor de dar la razón a aquellos que piensan que Internet es, más que nada, una fuente de distracción.

En el plano del contenido, me quedo con dos mensajes claros: los consumidores pagamos por la experiencia, no sólo por el contenido; y la importancia de las relaciones entre personas entre las redes sociales. En esto último, Twitter es un filón.

La última de CONTD: transmedia

El último de los post sobre las conclusiones que saco de CONTD está dedicado al fenómeno transmedia. En eso, principalmente, derivó la charla en la que participaron Javier Naharro, de Play TV; Alberto López, de Riot Cinema; Fernando Carrión, de Black Maria; Rafael Navarro, de Beniwood Producciones; y Robert Figueras, de Filmutea.

  • El transmedia es un proceso que existe, estemos o no estemos preparados para entenderlo. Esto significa cambios de paradigmas en la forma de hacer, de participar y de valorar las historias.
  • La convergencia mediática es mucho más que un mero cambio tecnológico.
  • ¿Objetivo de Play TV? Proponer experiencias para construir mundos en torno a marcas audiovisuales. Trabaja sobre todo en intentar fabricar iniciativas transmedia que aumentaran la experiencia en el estreno de la serie de ficción.
  • Según Javier Naharro, la televisión es el centro del universo transmediático. Estoy totalmente de acuerdo. Según el experto, todas las televisiones estarán preparadas para canabalizar las ventanas que puedan surgir. Se volverá a unificar como eje pivotante, común y familiar, para el consumo audiovisual.
  • El telespectador ha conseguido poder consumir contenidos audiovisuales bajo demanda – Si quiere ver algo, puede verlo cuando quiera consumirlo, de forma legal o ilegal. Esto es lo que ha provocado la crisis en el sector audiovisual, más que cualquier otro factor.

Más conclusiones sobre CONTD: ‘La producción de ficción: modas, inercias y creatividad’

Continúo con las conclusiones que saqué de CONTD. Algunas son escuchadas a los ponentes, otras son de cosecha propia. La gran mayoría son una mezcla indistinguible de lo que oí y de lo que pienso.

En la tarde del jueves se realizó un panel de expertos bajo el título ‘La producción de ficción: modas, inercias y creatividad’ con la presencia de Jesús Rodrigo, de Globomedia; de Santiago Brey, de Bambú Producciones; de Antonio Mansilla, de AVAPI; de Joan Bas, Diagonal TV; y de Vicente Muñoz, del Cluster Audiovisual de la Comunidad Valenciana. Interesantísimo, tanto por lo que dijeron por voz propia como por lo que respondieron al preguntarles.

Aquí las conclusiones a destacar:

  • Ficción – Género ideal para anclar la imagen de marca de cualquier cadena.
  • En las televisiones nacionales se emiten regularmente 14 series de ficción. Es decir, 24 horas y media de ficción nacional. (No recuerdo quién apuntó este dato, lo siento; pero, por lo que sé, me parece coherente)
  • En total, se emiten alrededor de 1.500 horas en una temporada en el conjunto de las cadenas nacionales.
  • A nivel autonómico (valorando sólo las cadenas más importantes: ETB, TV3, C9, Canal Sur, etc.), hay 11 series de ficción autonómica o, lo que es lo mismo, 15 horas de ficción semanal.
  • Jesús Rodrigo señaló lo esencial de diseñar productos de largo recorrido, planteando proyectos alrededor de una marca de ficción: la serie es la raíz pero también se debe desarrollar una estrategia desde el inicio para la explotación a medio y largo plazo de otros productos virales. Esto, por otro lado, Globomedia lo sabe hacer muy bien. Puso varios ejemplos: Un paso adelante, con la creación del grupo musical que editó varios discos en paralelo a la serie; Aída, con el intento de flashmob y de presentación de una candidata a Eurovisión; o El Barco, con la creación —se estrena la semana que viene, creo— de un reality show a partir de la serie. La promoción, en este sentido, debe ser brutal para conseguir retornos adicionales que hagan más apetecible el producto: Internet es increíblemente eficaz sabiéndolo utilizar. Y relativamente barato.
  • Antonio Mansilla dijo algo con lo que estoy totalmente de acuerdo: hay que hacer contenidos globales e intentar que cada vez haya más series españolas fuera.
  • Santiago Brey, responsable de producción y coordinación de Bambú Producciones –creo que en esta productora están trabajando muy bien–, señaló lo importante de enfocar la producción de series como eventos: lo importante es generan expectación –economía de la atención— porque suele funcionar, y mucho. ¿Qué ventaja tiene? Público fidelizado y posición en el mando; además, trayectoria consolidada por parte de la serie.
  • Joan Bas, productor ejecutivo de Diagonal, señaló la importancia de un productor ejecutivo creativo, que tenga un perfil muy cercano al de creación: “lo que encuentro apasionante y esperanzador es la producción creativa e imaginativa”. Según su punto de vista, a la hora de ser creativos no hay que serlo solo en cuanto a los argumentos, también hay que serlo en la producción: todo se hace con ganas y experiencia. Pienso, al cien por cien, como él y, de hecho, estoy trabajando en esa línea.
  • Vicente Muñoz indicó las tres reglas que, hoy por hoy, debe cumplir toda ficción: incluir elementos claves de éxitos anteriores; que los contenidos no ofendan a determinados grupos de presión; y, por último, que lleguen a los máxima audiencia posible. También señaló que el actual éxito de la ficción se debe a la concepción de una gestión más empresarial y que  esto comenzó a darse en los años noventa. El productor es un gestor de productos, trabaja con lo conceptual aplicándole, en caso de que el concepto lo permita, una idea de negocio. En caso contrario, no hay –no debería de haber— proyecto. Creo que esta idea de negocio, al menos en televisión, no tanto en el cine, está bien arraigada aunque, como Muñoz decía, a día de hoy no se es valiente y, como consecuencia de las crisis económica pero no sólo por este motivo, se produce para evitar fracasos y no para generar éxitos.

Primeras conclusiones de CONTD, sobre televisión, producción y contenidos de ficción

Aquí van las primeras conclusiones sobre lo que se habló este en las jornadas de CONTD. Superprovechosas e interesantes. Ahora hablo, sobre todo, de producción televisiva, pero también se trató el siempre interesante del transmedia. El jueves hubo representantes de las televisiones y también de las productoras. Buen nivel, gente con ganas de hablar del audiovisual y con puntos de vista interesantes, que proceden de su visión desde un lado u otro de la industria.

Por la mañana, por el lado de las televisiones, estuvieron Jordi Hidalgo, Subdirector Programación y Programas, TVV; Fernando López, Director de Programas Ficción, TVE; Francesc Picó, Jefe de Ficción, TVV; Xose Manuel Barreira, Director Área Producción Ficción, Telecinco; Alejandro Flórez, Director de Adquisiciones y Programación de Producción Ajena, laSexta.

Aquí las primeras conclusiones:

–       Habrá más fusiones. Como decía Xose Manuel Barreira, por arriba y por abajo. También en el sector de la producción.

–       Debilidades de las empresas de producción: sector atomizado —con un matiz—, insuficiente músculo financiero y escasa internacionalización.

–       Mal que me pese, el tamaño importa:

  • Existe un cambio de ciclo en las grandes productoras, tipo Globomedia, en el que tienen que realizar una nueva ficción y unas nuevas estrategias empresariales. Si no se piensa en grande, en mi opinión, tiene bastante que perder, aunque parezca lo contrario.
  • Crecimientos significativos de algunas medianas: Notro, Plural, Ganga, etc. Son productoras que tienen todos –casi todos— los mimbres para crecer en los próximos años.
  • Despunte de algunas nuevas y pequeñas productoras. Existen productoras que, sin tener una gran compañía detrás, están haciendo las cosas muy bien, con productos serios y, sobre todo, interesantes. Aquí va el matiz de antes: habrá varias ligas diferentes para las diversas productoras. Algunas jugarán en ‘Champions’, otras en ‘Europa League’ y otras se conformarán con trabajar a nivel más local. Hay cinco o seis que se llevan el 80 por cien de todos los proyectos de televisión a nivel nacional. Y esto seguirá siendo así. Ahora bien, es momento de cambios: algunas suben, otras bajan. Entre otros factores, comenzará a entrar mucho capital riesgo en el sector y, aunque es una moneda con dos caras, es una buena oportunidad para crecer y, de alguna forma, quitarse la presión que las televisiones realizan mediante la propiedad de los derechos. Hay que pensar en términos marginales: no es que las productoras vayan a volverse locas a producir producción ajena, sino que pueden llegar a coger algo más de aire en ese collar que ahora es la producción propia externa para las productoras. Eso, y con planes estratégicos a largo plazo, servirán de mucho. Se va a notar quién tiene plan y quién no lo tiene.

–       Producir por los costes

  • Los ingresos son variables y no los puedes controlar. En cambio, los costes son variables pero controlables. Desde que comencé en el mundo de la producción, la primera máxima que me enseñaron era producir por los costes. Así producen los buenos y los inteligentes productores. Ahora, necesariamente, más que nunca. El que venda bueno, bonito y barato (más bueno, más bonito y más barato en relación con su competencia) (matiz: producir barato, producir de forma eficiente, no quiere decir regalado, ojo) ganará más en términos de mercado.

–       La asignatura pendiente de la internacionalización

  • En este sentido, existen productoras, grandes, como Globomedia o Vértice 360º, que están haciendo las cosas muy bien: existen Imagina International Sales y Vértice Sales, que saben lo que quieren, vender sus productos, y van a venderlo fuera. (Broma: recuerdo que me decían que Polanco iba vendiendo libros puerta a puerta; mentalmente, cuando pienso en la internacionalización de la ficción, lo veo igual).
  • Necesidad de adaptación a condiciones del mercado internacional – Las formas de hacer españolas dificultan la internacionalización.
  • Ficción = Producto de largo recorrido – Productor ejecutivo = Persona que lo lleva de la mano. En este sentido, como se apuntaba desde el estrado, quizá las televisiones tengan que ser más ‘comprensivas’ con las empresas de producción y con sus gestores. Al fin y al cabo, las productoras acuden a vender a los festivales: si se les da campo, con acuerdos más flexibles, las televisiones también pueden salir ganando.
  • ¿Qué se puede ofrecer a los otros, a los de fuera? Ventajas para que vengan. Encontrar socios adecuados, coproducción.

Lecturas: ‘Industrias Creativas. Amenazas sobre la cultura digital’

Acabo de terminar la lectura de ‘Industrias Creativas: amenazas sobre la cultura digital’, que aborda de forma crítica la cuestión de la economía creativa. En él, escriben autores destacadísimos a nivel europeo. Por decirlo de algún modo, se encuentran artículos de lo mejor de cada casa de la escuela crítica de las industrias culturales: Enrique Bustamante, Philipee Bouquillion, Nicholas Garhnam, Bernarde Miége, Pierre Moeglin, Giuseppe Richeri, Philip Schlesinger, Gaëtan Tremblay —canadiense— y Ramón Zallo ofrecen su opinión en el libro.

Se trata de un libro, como digo, que ofrece un examen crítico de la economía creativa tan de moda actual frente al mundo de las industrias culturales. Dicha creatividad, en el centro de las políticas actuales de casi todos los gobiernos, se convierte en un concepto poco inocente que ocupa también el lugar que históricamente le ocupaba a la Cultura.

Personalmente, el libro me ha gustado, aunque no es ‘entretenido’ sino riguroso. Siempre digo que la próxima burbuja es la de los emprendedores, algo muy serio que desde gobiernos, consultoras y charlatanes se vende como la pócima mágica a explotar si se quiere ser alguien en esta ‘Nueva Economía’. Sin tratar implícitamente de esto último, creo el libro ofrece algunas explicaciones que pueden servir para hacerse una idea de lo que está sucediendo.

Entrevista: Javier Olivares, productor ejecutivo en ‘Infidels’

Conocí a Javier Olivares hace un par de años, cuando impartía clases de guión. Me gustó lo que decía y cómo lo decía. Por ello, y porque sé que su experiencia en el sector es muy sólida —productor ejecutivo de Infidels en TV3 y guionista, entre otros, de Los hombres de Paco y Los Serrano—, pensé que sería una gran idea poder realizarle varias preguntas. Aquí van las respuestas. Gracias, Javier.

– En tu opinión, ¿cuáles son las cualidades que un productor ejecutivo que se dedique a la ficción televisiva debe tener?

Depende. En cualquier serie americana puede verse que hay varios y abarcan varias facetas. Uno de ellos es siempre el “showrunner” y el creador de la serie. Es guionista. Y como yo lo soy, te diría que el guionista que es productor ejecutivo, aparte de tener clara la idea y el estilo de la serie que ha creado debe rodearse de guionistas eficientes, manejarse bien en el terreno de trabajo en equipo y recursos humanos, tener nociones de casting y  de dirección básicas y de dirección de actores lo más amplias posibles (ya que los realizadores a menudo carecen de ellas). Debe establecer un método de trabajo en equipo en la que todos opinen y él decida. Y debe ajustar la serie a que sea producible, conociendo los costes de producción.

– Siempre he pensado que un buen productor es una persona creativa, ¿piensas que el aporte creativo del productor ejecutivo se toma en las decisiones?

En la idea y en las decisiones. En marcar un sello personal, si es el creativo de la serie.

– Basándote en tu experiencia, ¿cómo determina la dimensión de la empresa las funciones que desempeña un productor ejecutivo en ella?

Quitando empresas ya asentadas como Globomedia u otras que siguen, en parte, ese modelo, la figura del productor ejecutivo en España está por desarrollar. No se asume que el autor de la idea debe controlar (o ayudar a hacerlo, o por lo menos estar informado) el producto. Nos gustan las series de fuera y no las nuestras. Tenemos mitos foráneos siempre en la boca. Ellos producen así: con el autor controlando su producto. Aquí, no. Es una de las grandes diferencias… aparte de un diseño de producción que me parece demasiado homogéneo y reiterativo…

– A pesar de que son múltiples las variables que hacen que un proyecto funcione, ¿consideras al productor ejecutivo, como responsable del proyecto, la pieza clave de la producción de ficción televisiva?

No. Hay muchas otras piezas claves. Pero debería ser una de ellas.

– Un productor ejecutivo, ¿gestiona proyectos y marcas? ¿gestiona equipos y comunidades?

Gestiona proyectos y equipos para desarrollar un producto.

– En tu opinión, ¿dónde queda el talento y la innovación en las televisiones y productoras españolas?

Mejora, pero creo que está aún por debajo del nivel que debería tener. Y todos somos un poco culpables de ello. Porque los referentes no deben ser sólo lo que se hace fuera. Si uno ve ahora “La cabina” de Mercero, piensa que quién la produciría ahora. Ve “Los Gozos y las sombras” y, pese a los años, se parece mucho al folletín histórico que se hace ahora. Ve “Anillos de oro” y no encuentro (salvando “Cuéntame”, y habla en pasado) una serie que hable de los problemas actuales de los españoles como lo hizo ella hace muchos, muchos años. O la creatividad de Armiñán. O series como “Historias para no dormir” o “Curro Jiménez”… Teníamos una televisión que no estaba mal para la época. Y la hemos ignorado.

– ¿Cuáles son las oportunidades reales de las productoras de contenido en el sistema televisivo actual?

Pocas. Deben mejorar como parte esencial del futuro del sistema. Y debe dedicarse al contenido la gente que sabe de ello.

– Dentro de la profesión, ¿piensas que se es consciente de la importancia de crear nuevas series de televisión desde un enfoque transmedia?

No todo lo que se debiera a nivel estético y creativo. Como marketing, ya funciona. Si es sólo eso, no valdrá de nada. Porque se utiliza un producto creado para un medio y sólo se adapta a los otros.

– ¿Cuál es tu opinión sobre la promoción que de las series se hace en España?

Creo que las cadenas hacen muy buenas autopromociones, en general. Si hablamos de prensa o medios de comunicación el nivel de análisis es muy bajo. No conocen la estructura de cómo se crean. Y sin conocerla, no se debería opinar tan alegremente del producto final. Si todo falla en las mismas cosas, alguien debe darse cuenta de que debe criticar el sistema no un producto concreto.

– ¿Son las redes sociales una buena herramienta de marketing de las series de televisión? ¿Qué se está haciendo en la profesión en ese sentido?

Lo son. Y se está haciendo poca cosa. TV3 lo hace muy bien y los demás van mejorando. Pero se habla demasiado de marketing y no de la fase previa: la que atañe a la calidad del producto. Puedes vender muy bien una cosa. Pero si esa cosa es una mierda, en mierda se queda. Y las redes sociales expanden la calidad del producto, influyen en los consumidores… que muchas veces entran en el juego de una manera acrítica.

Entrevista: Mercedes Medina

Continuando con las entrevistas que estoy llevando a cabo, os dejo la que hice a Mercedes Medina, profesora de la Universidad de Navarra y directora del Máster en Gestión de Empresas de Comunicación (MGEC) de la misma universidad. Si estáis interesados, no os la perdáis porque es una opinión experta en el ámbito de la televisión. Gracias, Mercedes.

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Lecturas: ‘Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación: las industrias culturales en la era digital’

Tras el descanso navideño, continúo con mi labor en el blog. Esta vez recomendando un libro de esos que, aún teniendo varios años, por su actual vigencia bien podría haber sido escrito antes de ayer.

Son muchas las preguntas y, a menudo, demasiadas las respuestas en torno a todo lo que tiene que ver con el cambio digital y, entre tanto, no se aprecia el verdadero valor de ‘Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación: las industrias culturales en la era digital’, quizá el estudio multidisciplinar más exhaustivo sobre la influencia de las nuevas tecnologías en los modelos culturales. En total, son diez investigadores que, desde disciplinas dispares pero multidisciplinares, desgranan los principales riesgos y problemas a los que se enfrentan el libro (Gómez Escalonilla), la música (Buquet), el cine (Álvarez Monzoncillo), la prensa (Albornoz), la radio (Franquet), la televisión (Bustamante) y el videojuego (Moreno). También se dedica un capítulo a la convergencia entre grupos de comunicación (De Miguel) y otro a las políticas culturales regionales en Europa (Zallo).

Además, aspecto de gran actualidad en estos últimos meses pese a que el libro fue editado en 2003, Celeste Gay incluye un capítulo, ‘El derecho de la propiedad intelectual: por un nuevo equilibrio entre creadores e interés general’, que vendría bien que muchos repasaran antes de pronunciarse.

La disciplina de la economía política, algo que me encanta, es el hilo conductor del libro y se deja apreciar en todos y cada uno de los artículos. Sin duda, enriquece el debate sobre las industrias culturales teorizando pero a la par ofreciendo datos empíricos, haciendo especial hincapié en el caso español.

Este trabajo, coordinado por Enrique Bustamante, es muy necesario para conocer lo que está pasando y para mostrar el camino sobre lo que se debe hacer en el futuro. No hay nada nuevo, salvo lo olvidado. Lo digital, rompedor y revolucionario en muchos aspectos, no lo será en éste.

Lecturas: ‘El entretenimiento en la televisión española. Historia, industria y mercado’, de Enrique Guerrero

Enrique Guerrero, en ‘El entretenimiento en la televisión española. Historia, industria y mercado’, realiza un logrado repaso de la historia de la televisión española a través de los programas de diversos géneros de entretenimiento que han tenido más éxito en España. Pero no sólo eso. Además, el autor analiza las relaciones cómo este tipo de productos se producen, muestra cómo se han programado y por qué, y desgrana las claves de futuro de la industria.

El libro se encuentra dividido en tres partes. La primera trata la evolución de las programas de entretenimiento en otros tres capítulos: la etapa monopolística de RTVE, los inicios de la competencia hasta el año 2000 y el auge de los realities como fórmulas acaparadoras de gran éxito de audiencias.

La segunda parte se centra en analizar, de forma pormenorizada, los principales protagonistas de la industria del entretenimiento: las cadenas de televisión generalistas y las productoras de contenidos. A mí, personalmente, me parece interesantísimo el capítulo que trata las relaciones comerciales entre ambos.

En el tercero y último capítulo, Enrique trata, como ya se comentó, el mercado de los productos televisivos de entretenimiento en España.

Sin duda, es un libro altamente recomendable, pues es bastante compactado y bien documentado durante sus casi 400 páginas.