Este post es un ajuste de cuentas. Durante todo el mes de diciembre y parte del de enero tuve que sufrir vuestros ‘lo mejor del año 2012 que ya se acaba’ o ‘lo que sucederá en 2013’. Con mucha estoicidad, los aguanté sin quejarme. Y este año empezasteis pronto, pesa’os.
Pero el día ha llegado… hoy me toca a mí: creo que Vine es una grandísima plataforma que tendrá un importante efecto en el sistema publicitario. Ahí lo dejo. Noto, por semanas, cambio en la visión que en la empresa Twitter tienen sobre su vínculo con la publicidad en los medios. Y se están poniendo —mucho— las pilas. Tanto que Facebook, en sólo tres días, ya les intenta copiar añadiendo vídeo a su aplicación móvil.
Vine, a día de hoy, me parece interesante como concepto pero, seamos sinceros, que en tu TL puedas clickear un vídeo de 6’ segundos en forma de bucle… no es mucho. Lo que me interesa, sobre todo, es las posibilidades de desarrollo de Vine dentro de Twitter aplicado a un sector como el publicitario, sobre el que se sustentan otras muchas industrias.
Por supuesto, no es que yo sea un mago. Esta misma opinión la he leído en varios lugares en estos últimos días. Además, ya hay marcas que están experimentando. Pero —y esto es un acto de fe por vuestra parte, porque no hay forma de demostrarlo— en mi defensa tengo que decir que… lo pensé en cuanto vi el tuit de Dick Costolo.
Steak tartare in six seconds. vine.co/v/bOIqn6rLeIDvia @dhof
— dick costolo (@dickc) 23 de enero de 2013
Lo de la pornografía, en mi opinión, es una anécdota. O no tanto: la industria del porno, en medios on line, es puntera —venga, cabrones, haced bromas…—. No hace mucho me reía con unos amigos cuando uno de ellos confesó que había contratado un SEO proveniente de la industria del porno para que les ayudara con la puesta a punto de su empresa en el entorno digital. De hecho, tiene mucha, mucha lógica.
Vamos a ver qué pasa. Pero está claro que dar soluciones es mejor que quejarse de la miseria. Y Vine es una buena solución. Pero, vamos, que esto no es ni predicción ni ná: ¡las intenciones de Twitter son muy obvias!