Un pacto por el talento

Ayer tuve la oportunidad acudir a la presentación del informe Transforma Talento, organizado por la Fundación Everis, cuyo presidente es Eduardo Serra.

Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro y promovida por la sociedad civil cuyo objetivo es contribuir a ampliar, en la sociedad española, el debate y la conciencia sobre la realidad y las oportunidades del talento en nuestro país. En mi opinión, es uno de los principales males que nos sacuden y hay que identificar, acelerar y ampliar las reformas necesarias en el camino a conseguirlo.

[pullquote]Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia.[/pullquote]

Se está produciendo un cambio en los mecanismos de transmisión del saber, creo que cualquiera que reflexione sobre ello estaría de acuerdo. Y resulta que el talento se encuentra en el centro. Por eso es tan importante. Y por eso el informe es tan interesante y tan oportuno: se trata de dar una visión real y contundente, pero también optimista, sobre la economía de los talentos.

Como primer paso, el informe muestra los intentos de definir qué es el talento y por qué es tan importante: el talento es la habilidad para hacer algo bien y es importante por lo de antes, porque hemos entrado en nueva etapa de competencia global en la que todos apuestan por modelos productivos basados en el talento. Y esto debe ser afrontado desde tres ópticas: la realización personal, la realización social y la realización profesional.

«Le talent, ça n’existe pas. Le talent, c’est d’avoir envie de faire quelque chose». Jacques Brel

Además, es necesario que ese talento se desarrolle en un ecosistema del talento. Y éste se puede ver como algo que recibe a modo de entrada las personas con talentos latentes del país y produce como salida talentos realizados apoyándose en tres sistemas: el de desarrollo, el de intermediación y el de puesta en valor. En España, por decirlo de algún modo, queda mucho por hacer.

[pullquote]Estamos en una etapa de competencia global en la que todos los países de nuestro entorno, europeos pero también emergentes, apuestan por modelos productivos basados en el talento.[/pullquote]

¿Y cómo empezar a cambiar? Aprovechando las olas perfectas que la tormenta perfecta genera. Las personas cambian más difícilmente cuando las cosas van bien; lo suelen hacer en momentos de gran tensión y adversidad.

[pullquote]Pasar del saber al saber saber y saber hacer[/pullquote]

Es necesario un plan para unas reformas del talento que serán profundas, implicarán a actores muy variados y exigirán estabilidad.

Como objetivos, Transforma Talento establece dos principales:

  1. Completar la revolución pendiente de nuestro sistema de desarrollo de los talentos para adaptarlo al presente y mirar al futuro.
  2. Configurar nuestro aparato productivo para que fomente la realización plena de cada talento y la combinación de talentos.

Como digo, hay mucho por hacer y, si quieres saber más, no dudes en pinchar aquí y encontrarás el resumen ejecutivo del informe. Y aquí una petición de change.org. Creo que bien merecen la pena.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Nbjo–S0f8I[/youtube]

Perspectiva, visión y opciones

Últimamente noto cierto desánimo entre las personas que me rodean. Sin ser una muestra especialmente objetiva, la gran mayoría de contactos de Facebook parece que sólo saber quejarse. Y me toca los cojones.

Sin duda, dicho malestar es provocado por la actual situación económica y laboral que, siendo jóvenes como somos, nos afecta especialmente. En este sentido, tienen todo el derecho a quejarse —aunque yo prefiero apretar bien los dientes—. Sin embargo, y dejando este grave problema a un lado, también contemplo lamentos cuando, en mi opinión, lo que tienen que hacer —yo lo hago, lo intento constantemente— es sólo caminar. Caminar apretando bien los dientes. Si no quieres hacer algo que estás haciendo, busca una solución para no tener que hacerlo. Con rabia y con dirección. Esto último es importantísimo. En mi tiempo en Estados Unidos, pasaba muy a menudo por una gran lona donde había escritas muchas citas, de esas que personalmente me encantan. A bote pronto, de una de ellas se desprendía: ningún esfuerzo sin objetivo.

Casualmente, mientras pensaba todo esto encontré varios vídeos de Nick Vujicic. Aunque ya lo conocía, al volver a visualizar los vídeos, mi mente asoció las dos situaciones. Mas allá de que este chaval no tenga ni manos ni pies —pura anécdota— deja tres ‘perlitas’ que no deberíamos olvidar.

La primera de ellas es la perspectiva. Tengo 27 años recién cumplidos. A mis ojos, soy todo un yogurín. Pues bien, casi todos los días escucho algún comentario sobre cómo hago ciertas cosas a mi edad. Increíble, pero cierto. Incluso de gente ¡de mi edad! La gente sólo ve las cosas del día a día y no lo que tú tienes en la mente a largo plazo. Y eso que me va cojonudamente —y relativamente— bien. Para llegar a cumplir tus objetivos, debes hacer muchas cosas que, a primera vista, son incomprensibles para los demás. De hecho, creo que muchas personas no mirarán nunca a largo plazo. Cuando estaba en el instituto, ya tenía compañeros que se iban a forrar sin estudiar o trabajar. Y a esa edad, ¡cualquier comentario influye! No hace falta decir quien, mediante la constancia, va metiendo más goles. Cuando quiero hacer algo de calado en mi vida, siempre me pregunto, ¿cuánto supone esto en el total de mi vida? ¿Me acordaré si hice esto o lo otro a la edad adecuada dentro de veinticinco años? Como no tengo pensado morirme nunca —siempre se mueren los otros—, el resultado es que pruebo a equivocarme: siempre hay tiempo para corregir errores. Steve Jobs llama conectar puntos a eso de hacer cosas en el corto plazo que sólo adquieren todo su sentido en el largo. Se necesita perspectiva de dónde estamos y qué somos en la vida. Una vez la tengas, dale valor.

Sin embargo, mucha gente, simplemente por miedo al que dirán, o simplemente por miedo a secas, no lo intenta. Una pena. Creo que no tienen la suficiente perspectiva sobre su propia vida para sentirse más ‘libres’. Poco a poco, al no atreverse, en mi opinión, se hacen hasta ‘peores personas’. Me irá mejor o peor, pero nunca me pasará eso. Mucho de lo que somos y vivimos, y del éxito que tengamos, depende de nuestra mente, de la manera cómo vemos nuestra vida. Mira tu propia vida sin importarte que piensan los demás. No es que no te importen éstos pero, con el paso del tiempo, conectando puntos, ya se darán cuenta y comenzarán a respetarte.

La segunda ‘perlita’ tiene que ver con la visión, que en mi opinión acota a la perspectiva. Si bien en el párrafo anterior digo que se intente, siempre hay que pensar cómo poder llegar a la situación que queremos. Nuestros sueños son sueños, pero muchos de ellos se pueden llegar a conseguir con esfuerzo, paciencia y constancia. Se debe dejar de mirar las oportunidades perdidas o no aprovechadas y concentrarse en el futuro. Tener un plan es importante. Si no sabes dónde cojones quieres ir, mal asunto. Párate a pensarlo todo el tiempo que haga falta, no hagas nada que no quieras hacer, pero, cuando lo tengas, no te pongas límites. Los únicos límites que deberías tener en tu vida son los límites que te empujan a mejorar en aquello que hayas decidido hacer. Si antes decía que me va bien no es porque sea más listo que la media —soy más tonto, creedme—, pero sí es porque nunca paro, nunca me conformo. Y no es ser avaricioso. Es ser ambicioso —que no mala persona—: quiero crecer y hacer crecer. Supongo que tienes cosas malas —como todo—, pero las buenas ganan por goleada.

La tercera cuestión es tener opciones. De esto Javi sabe un montón, será que no le he metido ‘chapas’ en el bar mientras nos tomábamos una caña. Siempre hay que tener un plan A, un plan B y un plan C para llegar donde queremos. La vida es perra y siempre hay sorpresas en el camino. No siempre el camino más sencillo o más corto es el mejor. Si falla uno, que siempre hay que tener otro plan para llegar al mismo puerto. No siempre tenemos garantizado que podamos tomar ese camino. Aquí, basándome en mi propia experiencia, dos consejos —escribo esto y todavía no sé quién soy yo para dar consejos…—: se abren más puertas siendo buena persona y siempre vence el que insiste.

Por último, aquí os dejo los enlaces a los tres vídeos de Vujicic: primero, segundo y tercero.