En el medio televisivo, el papel del productor, aún habiendo estado muy ligado a los cambios que se han sucedido, es el de estrella. En lo referido a la producción de ficción, la figura del productor ejecutivo se ha convertido en el intermediario que defiende el punto de vista creativo-industrial del producto y que arranca los medios para que éste sea posible: recoge facetas del productor, del guionista y del director cinematográfico.
Como bien afirma Mario García de Castro, es el ‘directivo que controla creativamente el proceso de producción, desde el concepto hasta la postproducción, y del que dependen las setenta personas que suelen construir el equipo técnico y artístico de cada una de estas series’[1]. Es éste el que elabora o encarga elaborar el guión a un grupo de guionistas que, a la postre, se convierten en piezas clave de la creación.
La cercanía de esta figura a los creativos es tal que, históricamente, suele provenir del área del guión. El productor ejecutivo, si no es un guionista, suele estar muy cercano a esta área o provenir de él. En este tipo de sistemas de producción, entran en juego nuevos factores como la organización y la coordinación de creativos. Las necesidades que este trabajo en equipo traen consigo obligan a una nueva organización del trabajo en la cual existe una puesta en común de las ideas así como una constante y sucesiva corrección de los borradores que, al final del proceso, darán lugar al guión definitivo.
Con todo esto, el resultado suelen ser series basadas en la multitrama fruto de múltiples versiones, a partir de una biblia y un alargamiento del tiempo de escritura de los guiones. Y todo esto bajo la supervisión del productor ejecutivo, quien se convierte en máximo responsable económico y creativo.
Caso contrario es el de los directores y realizadores televisivos. Lejos del aura que éstos tiene en el cine, en el medio televisivo ‘el trabajo de dirección en televisión está sometido siempre al ritmo de producción y su tarea tiene como principales cometidos la coordinación del trabajo de interpretación y todos los aspectos técnicos relacionados con la preproducción, la grabación y la postproducción’[2]. Los directores y realizadores, en la producción de ficción, suelen variar de un capítulo a otro: el abanico de realizadores incluye a tres o cuatro que alternan en la realización de cada uno de los capítulos, siendo el productor ejecutivo quien se encarga de mantener el estilo y el espíritu general de la producción.
[1] García de Castro, Mario (2002) La ficción televisiva popular: una evolución de las series de televisión en España. Barcelona: Gedisa
[2] Villagrasa, José María (1992) La producción de ficción narrativa en la televisión americana. Tesis de doctorado, UAB.