La última de CONTD: transmedia

El último de los post sobre las conclusiones que saco de CONTD está dedicado al fenómeno transmedia. En eso, principalmente, derivó la charla en la que participaron Javier Naharro, de Play TV; Alberto López, de Riot Cinema; Fernando Carrión, de Black Maria; Rafael Navarro, de Beniwood Producciones; y Robert Figueras, de Filmutea.

  • El transmedia es un proceso que existe, estemos o no estemos preparados para entenderlo. Esto significa cambios de paradigmas en la forma de hacer, de participar y de valorar las historias.
  • La convergencia mediática es mucho más que un mero cambio tecnológico.
  • ¿Objetivo de Play TV? Proponer experiencias para construir mundos en torno a marcas audiovisuales. Trabaja sobre todo en intentar fabricar iniciativas transmedia que aumentaran la experiencia en el estreno de la serie de ficción.
  • Según Javier Naharro, la televisión es el centro del universo transmediático. Estoy totalmente de acuerdo. Según el experto, todas las televisiones estarán preparadas para canabalizar las ventanas que puedan surgir. Se volverá a unificar como eje pivotante, común y familiar, para el consumo audiovisual.
  • El telespectador ha conseguido poder consumir contenidos audiovisuales bajo demanda – Si quiere ver algo, puede verlo cuando quiera consumirlo, de forma legal o ilegal. Esto es lo que ha provocado la crisis en el sector audiovisual, más que cualquier otro factor.

Más conclusiones sobre CONTD: ‘La producción de ficción: modas, inercias y creatividad’

Continúo con las conclusiones que saqué de CONTD. Algunas son escuchadas a los ponentes, otras son de cosecha propia. La gran mayoría son una mezcla indistinguible de lo que oí y de lo que pienso.

En la tarde del jueves se realizó un panel de expertos bajo el título ‘La producción de ficción: modas, inercias y creatividad’ con la presencia de Jesús Rodrigo, de Globomedia; de Santiago Brey, de Bambú Producciones; de Antonio Mansilla, de AVAPI; de Joan Bas, Diagonal TV; y de Vicente Muñoz, del Cluster Audiovisual de la Comunidad Valenciana. Interesantísimo, tanto por lo que dijeron por voz propia como por lo que respondieron al preguntarles.

Aquí las conclusiones a destacar:

  • Ficción – Género ideal para anclar la imagen de marca de cualquier cadena.
  • En las televisiones nacionales se emiten regularmente 14 series de ficción. Es decir, 24 horas y media de ficción nacional. (No recuerdo quién apuntó este dato, lo siento; pero, por lo que sé, me parece coherente)
  • En total, se emiten alrededor de 1.500 horas en una temporada en el conjunto de las cadenas nacionales.
  • A nivel autonómico (valorando sólo las cadenas más importantes: ETB, TV3, C9, Canal Sur, etc.), hay 11 series de ficción autonómica o, lo que es lo mismo, 15 horas de ficción semanal.
  • Jesús Rodrigo señaló lo esencial de diseñar productos de largo recorrido, planteando proyectos alrededor de una marca de ficción: la serie es la raíz pero también se debe desarrollar una estrategia desde el inicio para la explotación a medio y largo plazo de otros productos virales. Esto, por otro lado, Globomedia lo sabe hacer muy bien. Puso varios ejemplos: Un paso adelante, con la creación del grupo musical que editó varios discos en paralelo a la serie; Aída, con el intento de flashmob y de presentación de una candidata a Eurovisión; o El Barco, con la creación —se estrena la semana que viene, creo— de un reality show a partir de la serie. La promoción, en este sentido, debe ser brutal para conseguir retornos adicionales que hagan más apetecible el producto: Internet es increíblemente eficaz sabiéndolo utilizar. Y relativamente barato.
  • Antonio Mansilla dijo algo con lo que estoy totalmente de acuerdo: hay que hacer contenidos globales e intentar que cada vez haya más series españolas fuera.
  • Santiago Brey, responsable de producción y coordinación de Bambú Producciones –creo que en esta productora están trabajando muy bien–, señaló lo importante de enfocar la producción de series como eventos: lo importante es generan expectación –economía de la atención— porque suele funcionar, y mucho. ¿Qué ventaja tiene? Público fidelizado y posición en el mando; además, trayectoria consolidada por parte de la serie.
  • Joan Bas, productor ejecutivo de Diagonal, señaló la importancia de un productor ejecutivo creativo, que tenga un perfil muy cercano al de creación: “lo que encuentro apasionante y esperanzador es la producción creativa e imaginativa”. Según su punto de vista, a la hora de ser creativos no hay que serlo solo en cuanto a los argumentos, también hay que serlo en la producción: todo se hace con ganas y experiencia. Pienso, al cien por cien, como él y, de hecho, estoy trabajando en esa línea.
  • Vicente Muñoz indicó las tres reglas que, hoy por hoy, debe cumplir toda ficción: incluir elementos claves de éxitos anteriores; que los contenidos no ofendan a determinados grupos de presión; y, por último, que lleguen a los máxima audiencia posible. También señaló que el actual éxito de la ficción se debe a la concepción de una gestión más empresarial y que  esto comenzó a darse en los años noventa. El productor es un gestor de productos, trabaja con lo conceptual aplicándole, en caso de que el concepto lo permita, una idea de negocio. En caso contrario, no hay –no debería de haber— proyecto. Creo que esta idea de negocio, al menos en televisión, no tanto en el cine, está bien arraigada aunque, como Muñoz decía, a día de hoy no se es valiente y, como consecuencia de las crisis económica pero no sólo por este motivo, se produce para evitar fracasos y no para generar éxitos.

Lecturas: ¡Atrápalos como puedas! La competencia televisiva: programación y géneros

¡Atrápalos como puedas! La competencia televisiva: programación y géneros
José María Villagrasa
Valencia: Tirant lo Blanch, 2011, 208 p.
ISBN: 978-84-9985-041-2

* Publicado en TELOS Revista número 87 – Abril – Junio 2011 http://bit.ly/igtcrr

La responsabilidad del programador de televisión

Con frecuencia, los espectadores, destinatarios de ese inmenso caudal de contenidos que proporciona la televisión, ignoran o no prestan la necesaria atención a la enorme capacidad que esta tiene para influir en modas y gustos sociales, así como la espectacular lucha que las diversas cadenas libran para cautivar al público y vender su atención a los anunciantes. Dicha operación es un complejo e inmenso trueque en el que, de forma general, las televisiones generan públicos mediante la colocación de sus programas más atractivos en la parrilla para luego vendérselos a los anunciantes y donde el arte de programar -qué programar, pero también cómo hacerlo- se convierte en determinante del éxito o fracaso del producto televisivo y, por ende, del éxito o fracaso de un canal de televisión en un clima de creciente competencia.

La televisión se ha convertido en centro de convergencia tecnológica y su industria de contenidos sigue siendo el principal motor de desarrollo. En torno a ella se sitúan todos aquellos prometidos novedosos mercados. El responsable de programación ha de tener en cuenta la oferta paralela, los propios contenidos, su colocación en la parrilla y los hábitos de consumo de la audiencia para la elaboración de la rejilla y, por consiguiente, para los encargos de producción.

La programación, elemento estratégico

Los responsables de programación, por tanto, ocupan un lugar esencialmente estratégico en el organigrama de una empresa de televisión que, sin embargo, no se ha visto correspondido lo suficientemente en los planes de estudios de las universidades españolas hasta hace relativamente poco.

El profesor José María Villagrasa, en ¡Atrápalos como puedas! La competencia televisiva: programación y géneros, ofrece un análisis de los factores que más influyen en la toma de decisiones de un programador responsable. Se trata de una profesión que conjuga eficaces habilidades prácticas, para las cuales no existen técnicas únicas y donde el profesional se ve obligado a métodos de trabajo ad hoc, con sólidos conocimientos teóricos que permitan comprender mejor el entorno que rodea a la toma de decisiones propia de su labor.

Con una visión claramente industrial, el autor ha pretendido exponer unas y otras partiendo de lo más general hacia lo más concreto, con el fin de una detallada y gradual comprensión. En estos apartados, las explicaciones históricas breves serán una constante y la comparación entre formas de actuar en el mismo sector se harán necesarias.

El libro de Villagrasa está repleto de ejemplos. Dos de ellos, muy buenos, son sus razonamientos sobre el exitoso intento de la cadena ABC por competir con NBC y CBS, adelantando el estreno de sus series antes de la llegada del otoño y que acabó dando un vuelco al conservador sistema de temporadas en la década de 1960 y la justificación de la a posteriori brillante decisión de Antena3 en 2009, que prefirió estrenar Doctor Mateo la noche de los domingos y no la de los jueves para evitar competir con las triunfantes 23-F, El día más difícil del Rey y Águila Roja.

Estructura

En el capítulo uno del libro se desgrana la singularidad de la industria televisiva como sistema comunicativo complejo. Para ello se ponen de relieve los perfiles básicos, económicos y tecnológicos de las cadenas de televisión, haciendo especial hincapié en los sistemas de difusión -vía tierra, vía satélite, vía cable, digitalización-, la cobertura geográfica -internacional, nacional, regional o local- y los sistemas de financiación -publicidad, canon y suscripción, entre otros-. Asimismo, se analiza algo que está sucediendo actualmente en el panorama televisivo: el paso de la macrotelevisión a la microtelevisión o, lo que es lo mismo, de una televisión ampliamente generalista a otra en la cual el individuo y las pantallas multiplataformas adquieren un vital protagonismo.

El capítulo dos se centra en el análisis de la programación televisiva como instrumento con el cual la cadena articula su oferta de contenidos e introduce una rutina en el consumo del telespectador. A partir de tal definición, se ofrecen las principales herramientas con las que el programador cuenta: los siempre dudosos estudios de audiencia y una cuidada organización de la parrilla. Respecto a esto último, el programador debe ser consciente del poder que la planificación de los diversos productos tiene si se acierta con la franja programática adecuada, así como de la importancia de la autopromoción y de la continuidad en la imagen corporativa del canal.

En este capítulo, además, se tratan cuestiones determinantes y vinculadas a la elaboración de la parrilla de programación, como son la producción de programas de televisión -diferenciando entre la propia, la ajena y la independiente- y la apuesta por un tipo u otro en función de las características del producto. El profesor también se atreve aquí a profundizar en el por qué del éxito o el fracaso televisivo, interesándose en las estrategias y técnicas de programación que, de forma más habitual aunque nunca de forma totalmente segura, permiten apuntalar los éxitos y, especialmente, evitar los fracasos.

El capítulo tres se concentra en analizar la ficción televisiva, la primera de las grandes categorías en las que se pueden dividir los contenidos en televisión. Sin duda, es el género que más se adecua a la fábrica televisiva, que tiene mayor presencia en las parrillas de programación de todo el mundo y, principalmente, el que suele ocupar los segmentos de programación más importantes, debido a su usual atractivo para los espectadores. De ahí la extensión del capítulo en el libro, que permite al autor analizar la formación de la ficción a partir de su interconexión con la cultura de masas, su evolución histórica y las características que mejor definen a los principales géneros de ficción televisiva (la serie dramática, la telecomedia, la película para televisión, la miniserie y el serial o telenovela).

De suma importancia también resulta el apartado que se dedica a analizar el proceso creativo-industrial en la elaboración de un proyecto de ficción, en el cual la figura del productor ejecutivo, por encima de otras, sobresale hasta convertirse en el verdadero creador del proyecto y responsable último en lo creativo, organizativo y económico.

El capítulo cuatro, por su parte, se enfoca en la información y en el deporte, los otros dos macrogéneros que se presentan como los más demandados en televisión. De hecho, en función de la cadena, de forma agregada, suelen ocupar hasta dos tercios de las parrillas de programación. Por un lado, la influencia de una plataforma informativa en televisión es tal que hace que estas se mantengan en las rejillas de programación de manera incuestionable. Por el otro, las retransmisiones deportivas son siempre las más codiciadas por las cadenas, que con ellas se aseguran las emisiones más vistas del año.

El capítulo cinco está reservado para los llamados programas de entretenimiento. Con una gran tradición histórica, este macrogénero, cuyo objetivo es crear espectáculo y entretener, es un gran cajón desastre donde entran talk shows, reality shows, concursos, espectáculos y variedades, programas de humor y musicales.

El capítulo seis, el último, se brinda al análisis de aquellos programas cuya programación se hace en función de lo peculiar del público objetivo al que se dirige. En este sentido, es interesante reseñar la importancia estratégica de los programas dirigidos a los telespectadores de menor edad, así como a aquellas audiencias minoritarias que tengan interés en programas documentales, divulgativos o religiosos, en la nueva televisión temática y multicanal.

Un público heterogéneo

Los destinatarios de esta obra, que el autor elabora con profundo rigor pero que no impide la lectura amena gracias a los múltiples ejemplos y anécdotas que incluye, son los estudiantes de Ciencias de la Información y los profesionales del sector, no solo programadores sino también productores, responsables de marketing y, de forma general, todos aquellos implicados en la siempre difícil tarea de gestionar una cadena de televisión.

Todos ellos deben comprender que en televisión, el acierto o el error último de un programa es atribuido a la cadena antes que a la productora, al actuar estas generalmente por encargo y bajo los dictámenes de la cadena financiadora. El acierto o error depende en gran medida, por tanto, del responsable de programación. Si bien la importancia de este se diluye en las nuevas plataformas digitales, es importante comprender que los hábitos de los consumidores no cambian tan deprisa como a algunos les gustaría y que la televisión continuará ocupando un lugar central en la creación de valor de los contenidos audiovisuales del futuro.

Es fundamental, por ello, instruirse en los conocimientos teóricos y prácticos para el desempeño de dicha labor, pues aunque se relajan y se muestran más difusas en la televisión del futuro, dichas pautas -no hablemos ya de los géneros, siempre presentes y en constante hibridación- seguirán vigentes en las plataformas interactivas venideras.

Francisco Gallego Calonge


Primeras conclusiones de CONTD, sobre televisión, producción y contenidos de ficción

Aquí van las primeras conclusiones sobre lo que se habló este en las jornadas de CONTD. Superprovechosas e interesantes. Ahora hablo, sobre todo, de producción televisiva, pero también se trató el siempre interesante del transmedia. El jueves hubo representantes de las televisiones y también de las productoras. Buen nivel, gente con ganas de hablar del audiovisual y con puntos de vista interesantes, que proceden de su visión desde un lado u otro de la industria.

Por la mañana, por el lado de las televisiones, estuvieron Jordi Hidalgo, Subdirector Programación y Programas, TVV; Fernando López, Director de Programas Ficción, TVE; Francesc Picó, Jefe de Ficción, TVV; Xose Manuel Barreira, Director Área Producción Ficción, Telecinco; Alejandro Flórez, Director de Adquisiciones y Programación de Producción Ajena, laSexta.

Aquí las primeras conclusiones:

–       Habrá más fusiones. Como decía Xose Manuel Barreira, por arriba y por abajo. También en el sector de la producción.

–       Debilidades de las empresas de producción: sector atomizado —con un matiz—, insuficiente músculo financiero y escasa internacionalización.

–       Mal que me pese, el tamaño importa:

  • Existe un cambio de ciclo en las grandes productoras, tipo Globomedia, en el que tienen que realizar una nueva ficción y unas nuevas estrategias empresariales. Si no se piensa en grande, en mi opinión, tiene bastante que perder, aunque parezca lo contrario.
  • Crecimientos significativos de algunas medianas: Notro, Plural, Ganga, etc. Son productoras que tienen todos –casi todos— los mimbres para crecer en los próximos años.
  • Despunte de algunas nuevas y pequeñas productoras. Existen productoras que, sin tener una gran compañía detrás, están haciendo las cosas muy bien, con productos serios y, sobre todo, interesantes. Aquí va el matiz de antes: habrá varias ligas diferentes para las diversas productoras. Algunas jugarán en ‘Champions’, otras en ‘Europa League’ y otras se conformarán con trabajar a nivel más local. Hay cinco o seis que se llevan el 80 por cien de todos los proyectos de televisión a nivel nacional. Y esto seguirá siendo así. Ahora bien, es momento de cambios: algunas suben, otras bajan. Entre otros factores, comenzará a entrar mucho capital riesgo en el sector y, aunque es una moneda con dos caras, es una buena oportunidad para crecer y, de alguna forma, quitarse la presión que las televisiones realizan mediante la propiedad de los derechos. Hay que pensar en términos marginales: no es que las productoras vayan a volverse locas a producir producción ajena, sino que pueden llegar a coger algo más de aire en ese collar que ahora es la producción propia externa para las productoras. Eso, y con planes estratégicos a largo plazo, servirán de mucho. Se va a notar quién tiene plan y quién no lo tiene.

–       Producir por los costes

  • Los ingresos son variables y no los puedes controlar. En cambio, los costes son variables pero controlables. Desde que comencé en el mundo de la producción, la primera máxima que me enseñaron era producir por los costes. Así producen los buenos y los inteligentes productores. Ahora, necesariamente, más que nunca. El que venda bueno, bonito y barato (más bueno, más bonito y más barato en relación con su competencia) (matiz: producir barato, producir de forma eficiente, no quiere decir regalado, ojo) ganará más en términos de mercado.

–       La asignatura pendiente de la internacionalización

  • En este sentido, existen productoras, grandes, como Globomedia o Vértice 360º, que están haciendo las cosas muy bien: existen Imagina International Sales y Vértice Sales, que saben lo que quieren, vender sus productos, y van a venderlo fuera. (Broma: recuerdo que me decían que Polanco iba vendiendo libros puerta a puerta; mentalmente, cuando pienso en la internacionalización de la ficción, lo veo igual).
  • Necesidad de adaptación a condiciones del mercado internacional – Las formas de hacer españolas dificultan la internacionalización.
  • Ficción = Producto de largo recorrido – Productor ejecutivo = Persona que lo lleva de la mano. En este sentido, como se apuntaba desde el estrado, quizá las televisiones tengan que ser más ‘comprensivas’ con las empresas de producción y con sus gestores. Al fin y al cabo, las productoras acuden a vender a los festivales: si se les da campo, con acuerdos más flexibles, las televisiones también pueden salir ganando.
  • ¿Qué se puede ofrecer a los otros, a los de fuera? Ventajas para que vengan. Encontrar socios adecuados, coproducción.

Guardiola, Mourinho, El País, MediaPro, Sogecable u otra vuelta de tuerca a la Guerra del Fútbol

Cualquiera que sea aficionado al fútbol, al Real Madrid y al que también le guste leer la prensa deportiva —nunca tomándosela en serio, por favor— se habrá percatado que hay periódicos que están a favor del Madrid y los hay que está a favor del Barcelona. Digamos que no hay que ser muy listo para darse cuenta de que lo que suelen vender es populismo, la broma fácil y el pique rápido. Tiene la importancia justa y, dentro de eso, no hay que darle más vueltas.

Siendo madridista como es uno, tengo que reconocer que, en los últimos años, la supremacía blaugrana ha sido tal que, ya fuera un periódico u otro, siempre se alababa al Barcelona, a sus jugadores y a su entrenador, Guardiola. De hecho, yo mismo lo he hecho. Me parece —o parecía— de lo más normal.

Lector de prensa deportiva como soy, debo reconocer que tengo mis periodistas preferidos: Juanma Trueba, en AS; Santiago Segurola, en Marca; Cuéllar, en ABC; y el equipo de deportes de El País, formado por José Samano, Ramón Besa y muchos otros. De alguna forma, dentro de la mediocridad mediática existente, afirmaría que son grandes profesionales, escriben bien y ponen cierto orden dentro del caos que la información deportiva genera. Lo que quiero decir es que al día siguiente del partido de turno busco sus artículos. En particular, aunque no venga al caso, recomiendo a Juanma Trueba, el tipo lo vale: escribe sobre fútbol, sí, pero lo hace sin que el fútbol importe.

Además, en el último año, con la llegada de Mourinho al banquillo del Madrid —también con sus formas, todo hay que decirlo– las críticas a éste han sido continuas. Hasta cierto punto, me parecía normal. El tipo busca los focos y sabe cómo buscarlos. Ofrece la muleta y los periodistas van como toros.

Sin embargo, tanta alabanza al Barcelona cuando su juego no es el de antes y tanta crítica desaforada a Mourinho —incluso cuando tiene razón— comenzaron a hacerme sospechar. Escéptico que es uno, oigan. Entiendo que el Real Madrid no juega como el Barcelona pero, dejando a parte que jugar como él es pegarse un tiro en el pie, ¿realmente tiene que jugar así?

Como ya sabéis, también me interesa de forma particular la batallita que se traen Sogecable y MediaPro por los derechos del fútbol. Lo traté, entre otros posts, aquí, aquí y aquí.

Además, y esto no sé si lo sabéis, actualmente existe una vinculación muy estrecha entre los dirigentes de MediaPro y laSexta y los del Real Madrid. De hecho, unos y otros están mezclados. Por ejemplo, aunque ahora mismo no está en el Real Madrid, García Ferreras, el director de laSexta —presenta ‘Al rojo vivo’—, fue directivo en la primera etapa de Florentino. Tambien Prisa se vio en problemas cuando el Madrid firmó con MediaPro –fue un gran golpe en su guerra—. Digamos que entre el Real Madrid y MediaPro existe feeling. Y esa mirada de ojos entre uno y otro es a costa de Sogecable, del grupo Prisa.

Pues bien, con toda la tontería y locura que suponen los cuatro partidos seguidos del Madrid y el Barça, he notado cierto encabezonamiento en los periodistas de El País –también en AS existe— en, no ya alabar el juego del Barcelona, si no hacer hincapié en la mala baba de Mourinho y en la repercusión que esto tiene en la mala imagen del Real Madrid. Algunos ejemplos son éste, éste y éste. En periodistas tan centrados y que siempre han evitado la polémica, al menos llama la atención tanto ensañamiento. El artículo sobre Arbeloa, en el que se le compara con Mayor Oreja por jugar con intensidad una final de Copa del Rey, digamos que no tiene ni pies ni cabeza. Más cuando el incidente de Messi de unos días antes—creo que no lo hizo adrede— se pasó por alto. Incluso, en el artículo sobre Arbeloa, también se critica, de refilón, entre líneas, sin venir a cuento, a Mourinho y al Real Madrid.

Pero, ¿hay algo más? Creo que sí. El País forma parte del grupo Prisa –al igual que AS— y me temo que es otro capítulo más en la Guerra del Fútbol. Ya no sólo es una guerra audiovisual por los derechos del fútbol, creo que es una guerra —encubierta entre, ya sabéis, piratas y corsarios— entre dos de los principales grupos de comunicación del país. Digamos que se trata de hundir al contrario, ahora sí, con todas las armas disponibles. Incluso a costa de la reputación de sus periodistas que, todo hay que decirlo, es de lo poco bueno que le queda a Prisa. A lo mejor es, simplemente, que con tanta fiebre futbolera, se me está yendo la cabeza. O, peor aún, que soy muy mal pensado. Puede ser.

* También creo que Mourinho lo sabe, de ahí sus constantes comentarios sobre la prensa y la presión que existe en el Real Madrid, ésa que no ha tenido hasta ahora incluso militando en equipos europeos grandes.

#Felizdíadellibro

Aquí va una lista de diez libros que he leído últimamente, para celebra Sant Jordi. Economía, televisión, Internet, sociedad, management: de todo un poco. Espero guste:

  • Álvarez Monzoncillo, José María (2011) La televisión etiquetada: nuevas audiencias, nuevos negocio. Madrid: Planeta
  • Bauman, Zygmunt (2010) Vida líquida. Barcelona: Paidós
  • Bilton, Nick (2010) I live in the future & here’s how works. New York: Random House/Crown
  • Campos Freire, Francisco, coord. El cambio mediático. Zamora: Comunicación Social
  • Carr, Nicholas (2010) The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains. New York: Norton
  • Dans, Enrique (2010) Todo va a cambiar. Tecnología y evolución: adaptarse o desaparecer. Barcelona: Deusto
  • Hessel, Stephane (2011) ¡Indignaos! Barcelona: Destino
  • Pardo, Hugo (2011) Geekonomía. Un radar para producir en el postdigitalismo
  • Pérez Ortega, Andrés (2011) Expertología. Barcelona: Alienta
  • Schumpeter, Joseph A. (2011) ¿Puede sobrevivir el capitalismo? La destrucción creativa y el futuro de la Economía global [Capitalismo, Socialismo y Democracia (1942)]. Madrid: Capitán Swing

Entrevista: Javier Olivares, productor ejecutivo en ‘Infidels’

Conocí a Javier Olivares hace un par de años, cuando impartía clases de guión. Me gustó lo que decía y cómo lo decía. Por ello, y porque sé que su experiencia en el sector es muy sólida —productor ejecutivo de Infidels en TV3 y guionista, entre otros, de Los hombres de Paco y Los Serrano—, pensé que sería una gran idea poder realizarle varias preguntas. Aquí van las respuestas. Gracias, Javier.

– En tu opinión, ¿cuáles son las cualidades que un productor ejecutivo que se dedique a la ficción televisiva debe tener?

Depende. En cualquier serie americana puede verse que hay varios y abarcan varias facetas. Uno de ellos es siempre el “showrunner” y el creador de la serie. Es guionista. Y como yo lo soy, te diría que el guionista que es productor ejecutivo, aparte de tener clara la idea y el estilo de la serie que ha creado debe rodearse de guionistas eficientes, manejarse bien en el terreno de trabajo en equipo y recursos humanos, tener nociones de casting y  de dirección básicas y de dirección de actores lo más amplias posibles (ya que los realizadores a menudo carecen de ellas). Debe establecer un método de trabajo en equipo en la que todos opinen y él decida. Y debe ajustar la serie a que sea producible, conociendo los costes de producción.

– Siempre he pensado que un buen productor es una persona creativa, ¿piensas que el aporte creativo del productor ejecutivo se toma en las decisiones?

En la idea y en las decisiones. En marcar un sello personal, si es el creativo de la serie.

– Basándote en tu experiencia, ¿cómo determina la dimensión de la empresa las funciones que desempeña un productor ejecutivo en ella?

Quitando empresas ya asentadas como Globomedia u otras que siguen, en parte, ese modelo, la figura del productor ejecutivo en España está por desarrollar. No se asume que el autor de la idea debe controlar (o ayudar a hacerlo, o por lo menos estar informado) el producto. Nos gustan las series de fuera y no las nuestras. Tenemos mitos foráneos siempre en la boca. Ellos producen así: con el autor controlando su producto. Aquí, no. Es una de las grandes diferencias… aparte de un diseño de producción que me parece demasiado homogéneo y reiterativo…

– A pesar de que son múltiples las variables que hacen que un proyecto funcione, ¿consideras al productor ejecutivo, como responsable del proyecto, la pieza clave de la producción de ficción televisiva?

No. Hay muchas otras piezas claves. Pero debería ser una de ellas.

– Un productor ejecutivo, ¿gestiona proyectos y marcas? ¿gestiona equipos y comunidades?

Gestiona proyectos y equipos para desarrollar un producto.

– En tu opinión, ¿dónde queda el talento y la innovación en las televisiones y productoras españolas?

Mejora, pero creo que está aún por debajo del nivel que debería tener. Y todos somos un poco culpables de ello. Porque los referentes no deben ser sólo lo que se hace fuera. Si uno ve ahora “La cabina” de Mercero, piensa que quién la produciría ahora. Ve “Los Gozos y las sombras” y, pese a los años, se parece mucho al folletín histórico que se hace ahora. Ve “Anillos de oro” y no encuentro (salvando “Cuéntame”, y habla en pasado) una serie que hable de los problemas actuales de los españoles como lo hizo ella hace muchos, muchos años. O la creatividad de Armiñán. O series como “Historias para no dormir” o “Curro Jiménez”… Teníamos una televisión que no estaba mal para la época. Y la hemos ignorado.

– ¿Cuáles son las oportunidades reales de las productoras de contenido en el sistema televisivo actual?

Pocas. Deben mejorar como parte esencial del futuro del sistema. Y debe dedicarse al contenido la gente que sabe de ello.

– Dentro de la profesión, ¿piensas que se es consciente de la importancia de crear nuevas series de televisión desde un enfoque transmedia?

No todo lo que se debiera a nivel estético y creativo. Como marketing, ya funciona. Si es sólo eso, no valdrá de nada. Porque se utiliza un producto creado para un medio y sólo se adapta a los otros.

– ¿Cuál es tu opinión sobre la promoción que de las series se hace en España?

Creo que las cadenas hacen muy buenas autopromociones, en general. Si hablamos de prensa o medios de comunicación el nivel de análisis es muy bajo. No conocen la estructura de cómo se crean. Y sin conocerla, no se debería opinar tan alegremente del producto final. Si todo falla en las mismas cosas, alguien debe darse cuenta de que debe criticar el sistema no un producto concreto.

– ¿Son las redes sociales una buena herramienta de marketing de las series de televisión? ¿Qué se está haciendo en la profesión en ese sentido?

Lo son. Y se está haciendo poca cosa. TV3 lo hace muy bien y los demás van mejorando. Pero se habla demasiado de marketing y no de la fase previa: la que atañe a la calidad del producto. Puedes vender muy bien una cosa. Pero si esa cosa es una mierda, en mierda se queda. Y las redes sociales expanden la calidad del producto, influyen en los consumidores… que muchas veces entran en el juego de una manera acrítica.

El buen hacer de Antena 3 en cuanto a ficción

Creo que el grupo Antena 3 es el que mejor ha entendido cómo va a ser la televisión de aquí a unos pocos años y están haciendo las cosas muy bien en el presente. Hoy me voy a centrar en tres aspectos nimios pero que, si se miran en conjunto, apreciar ver muy bien lo que digo. No sé si otras cadenas no lo han entendido o es que prefieren tener pan hoy y hambre mañana.

A pesar de las críticas a La reina del sur, Antena 3 ha logrado, por el momento, que sus últimas series tengan éxito. La supervisión de la producción y la programación de El internado, Doctor Mateo, Bandolera, Hispania, Los protegidos, El secreto de puente viejo ha cumplido los objetivos que se habían marcado. Dejando a un lado momentos de competencia puntuales o días especiales de programación, han conseguido puntos de audiencia que ya quisieran otras cadenas para sí.

El Barco, de Globomedia, ha sido quizá uno de los mejores estrenos de la temporada: todos sus episodios rondan el 20 por ciento de share y eso no es fácil de conseguir hoy día. Además, con esta serie, junto a la mencionada Globomedia y a Play Television, han dado un gran impulso a la integración de las redes sociales en la programación televisiva. Sus twittersodios, que podrán gustar más o menos, que podrán hacerse mejor o peor, suponen un enorme impacto real del contenido en la audiencia.

También se está produciendo –o preproduciendo, no sé en qué fase se encuentra– un reality show en torno a la serie de ficción. Está por ver si tendrá éxito o no, pero lo que sí deja apreciar es la mentalidad de los gestores y lo que buscan: productos 360º, transmedia, crossmedia o multiplataforma (qué más da) en torno a una marca reconocida y con unos estándares de calidad más que dignos con el presupuesto que se maneja. El dinero es importante (mucho) pero creo que es más importante saber manejar el mucho o poco dinero que se tenga.

Otro ejemplo claro ha sido Downton Abbey, quizá la mayor sorpresa de la programación de Antena 3, pues estoy seguro que ni los propios programadores pensaban en el 17 por ciento de audiencia que están consiguiendo. Sin embargo, hay que recordar que la serie, de origen británico, ha tenido incluso más éxito en terceros países. Aquí se ha pasado de un plan inicial en el que se estrenaban dos capítulos por día a estrenar tan sólo uno y así conseguir alargar la serie durante toda la primavera a fin de recaudar más por publicidad.

También la emisión en versión original con subtítulos en castellano ha supuesto toda una innovación incremental. Esto era algo que, a pesar de ya estar inventado como consecuencia de las posibilidades tecnológicas, suponía satisfacer las necesidades latentes de una buena parte de los espectadores que no se había hecho hasta el momento en España.

Por último, la adquisición de producciones americanas para su estreno en televisión en abierto, que son de gran interés para el público que gusta de consumir series, supone otro gran éxito. Que yo sepa, ya se emiten por alguno de los múltiples canales del grupo Modern Family y Dos hombres y medio, pero es que esta noche se preestrena The Pacific en el canal principal —que pasará a Nitro en tres capítulos– y en la recámara esperan Boardwalk Empire y Hermanos de sangre, fruto de su colaboración con HBO. Sin olvidar que también tienen acuerdos con Aurum y Sony para estrenar sus mejores series de ficción próximamente.

Si se une todo y se suma el buen manejo que hacen de sus diversos canales como un todo, se explica porqué Antena 3 sí se está preparando para esa interacción entre consumo audiovisual e Internet que, poco a poco, sin darnos casi cuenta, está cambiando la forma que tenemos de ver televisión.

CONTD, 19 y 20 de mayo

El día 19 y 20 de mayo se celebrarán en Valencia las IV Jornadas CONTD. Si me dejan, allí estaré escuchando a gente como Miquel Francés, Miguel Ángel Bernardeu, Manuel Palacio y los todavía no confirmados Pedro Pérez y Dani Écija.

Aquí os dejo el link: http://www.uv.es/contd/ La entrada será gratuita.