Lecturas: ‘El manual del estratega’, de @estratega

Llevo unos meses con el blog medio abandonado. Ni mucho menos es la intención, pero… tengo poco que decir. Etapa de mucho aprendizaje y, por qué no decirlo, de no obligarme a escribir. Un año y unos pocos meses tras terminar la tesis, he reducido incluso el ritmo de publicaciones académicas. No creo que me haya cansado de la universidad pero sí que me he vuelto un poco más sibarita: paso de muchos y no hago sino aquello que no quiero hacer. Creo tener las cosas claras: veremos qué pasa en los próximos cinco años.

Pero, vamos, al lío. En estos meses tampoco he estado parado: he incrementado mi ritmo de lecturas una barbaridad (lecturas con intención, siempre; pero por el puro placer de leer e interesarme). Y hoy quiero «repensar» el último libro que he leído: ‘El Manual del Estratega’. Lo primero: le tenía ganas desde que lo vi circular por Internet. Lo segundo: la valoración es muy positiva, pues me costó un euro (gracias al mercadillo solidario de Unidad Editorial).

Rafael Martínez, el autor, es profesor en el área de estrategia del Instituto de Empresa. Siempre he sentido simpatía por él, puesto me encanta la mezcla de oportunidad, ironía y mordacidad de sus tuits (@estratega).

El libro, o por lo menos la parte que a mí más me interesa, versa sobre estrategia, sobre estrategia del cambio en el ámbito digital. El autor propone cinco tipos de estrategas, desde los más clásicos a los más innovadores; lo que supone una buenísima (y gran) introducción al meollo de la cuestión: el cambio.

Sólo enumeraré los tipos de estrategas. Si queréis más, habrá que leerse el libro…

  1. Estratega héroe
  2. Estratega solucionador
  3. Estratega profesional
  4. Estratega darwinista
  5. Estratega del cambio

Como es obvio, éste último estratega es por el que el autor del libro —también el autor del post— apuestan. Es por ello que gustaron mucho los capítulos 11 y 12…

Lecturas: ‘Desnudando a Google’

Terminé hace unos días de leer Desnudando a Google. He estado algo ocupado y… no tuve tiempo de escribir una breve reseña. Lleva tiempo detrás del libro pero… aunque sabría que lo leería, pensaba que sería uno de estos libros que hablan de empresa pocos documentados, escrito al albor del interés que Google despierta y cuyos datos no son todo lo claros y concisos que deberían. Y, bueno, sí le echo en falta algo más de precisión a la hora de señalar de dónde se suelen sacar los datos pero el libro me ha gustado. Bastante.

Es el típico libro que, tras leerlo, te hace ver las cosas de otra manera. No es que no supiera lo que Google significa pero que alguien organice su tiempo para escribirlo, para señalar cuáles son sus intereses en el futuro próximo, es de mucho interés. Al menos, para mí.

Me llamó la atención en especial los capítulos en los que Alejandro Suárez, el autor, habla sobre la relación [generalmente polémica]entre Google y los medios, tanto en lo referido a la prensa como al caso de Telecinco. Ambos temas son tocados, con acierto, en el libro.

Google no es, para nada, inocente. Sus estrategias son muy agresivas y, en ese entorno, los medios lo tienen muy difícil. Están casi, a su merced.

He criticado mucho la postura de Telecinco respecto a Google y la adopción de nuevas plataformas para volcar sus contenidos pero ¿y si se estuviera defendiendo? ¿y si quiere participar más de lo que nos pensamos pero manteniendo su hueco? ¿Y si no es que no quiera llegar pero quiere saber llegar? Desde que lo leí, la estrategia de Telecinco me ha parecido menos suicida. Eso sí, es un pulso contra Google que, seguramente, acabará perdiendo.

Si queréis saber de que hablo, ¡a leerlo!

Jobs y la distorsión de la realidad

Sé que voy con algo de retraso, pero bueno… acabo de terminar de leer la biografía que Walter Isaacson escribió sobre Steve Jobs. Tenía muchas ganas de leerla, la verdad, pero andaba como loco buscando una versión para el Kindle… hasta que vi una oferta en un centro comercial y, pese a tener un volumen considerable de páginas, decidí cogerla en papel. Era ese momento o… muchos meses más tarde.

[pullquote]“Puede convencer a cualquiera de prácticamente cualquier cosa. El efecto se desvanece cuando él ya no está, pero hace que sea difícil plantear plazos realistas”.[/pullquote]

El libro está muy bien, aunque es denso. Me gustan más los primeros capítulos, los que hablan de cómo se forjó la personalidad de Jobs y cómo Apple nació. Seguramente sea porque los últimos ‘los he vivido’ y todos nosotros los conocemos mejor.

Sin duda alguna, los productos que Apple crea son muy parecidos a uno de sus creadores: tan simples, tan complejos. Una personalidad muy compleja con la que, si la tuvieras enfrente, sería muy difícil lidiar. He recordado varias veces un post de Martin Varsavsky que compara la personalidad de Steve Jobs y Bill Gates. Él, que prefiere quedarse con la personalidad de Gates finalmente, señala que preferiría cenar con Gates mucho antes que con Jobs.

[pullquote]»Era carismático e inspirador, pero a veces también un gilipollas»[/pullquote]

Yo, en cambio, prefiero quedarme con la violencia, el mal humor y la genialidad de Steve Jobs; será que estoy un poquito harto de los buenistas no tan bueno y prefiero a los malos –pero geniales— que van de frente. Al final bien es verdad que todos intentan salirse con la suya, por lo tanto no son tan diferentes en el qué.

Con todo y con eso, seguramente Varsavsky tenga razón y Gates sea mejor tipo, pero a mí, como digo, me atrae mucho ese concepto de distorsión de la realidad de Jobs. Aunque fuera un gilipollas a menudo. Los científicos definen el campo de distorsión de la realidad de esta forma:

Distorsión importante de la relación del individuo y el mundo exterior por la presencia de ideas o creencias delirantes a las que se adhiere con convicción, oponiéndose a los datos ofrecidos por la realidad y el sentido común.

También creo que, por mucho que digan, lo de Steve Jobs no era un caso grave, más bien un mito, y lo que sí era más una mezcla de posibles, ambición, intuición y visión. Todo en uno que ha resultado único, ¿alguien se imagina que los ordenadores, los  teléfonos o las tabletas tengan el diseño y las funcionalidades que tiene hoy en día sin la figura e influencia de Jobs? Pues eso.

Lecturas: ‘Innovación en los medios. La ruta del cambio’

Pareceré idiota, pero una de las primeras cosas que quería hacer tras volver de Estrasburgo era… comprar  ‘Innovación en los medios. La ruta del cambio’. Está escrito por Francisco J. Pérez Latre y por Alfonso Sánchez Tabernero. Y está escrito muy bien.

De partida, las temáticas que trata me interesaban mucho. Por un lado, innovación y medios de comunicación. Por el otro, gestión, creatividad y liderazgo.

Como digo, el libro está bien escrito. Narra lo que, en el mundo de los medios, está sucediendo y busca no sólo identificar causas sino encontrar soluciones. El presente y el futuro de los medios es digital, global y emprendedor; por mucho que a algunos les cueste, es y será así. No hay más vuelta de hoja.

En la actual situación, el papel de la gestión empresarial, algo que me apasiona, es vital. Tanto desde el ámbito académico como desde el práctico, los problemas y los retos a los que hay que hacer frente son muchos.

Me quedo con varios capítulos o apartados. El primero de ellos es el que hace referencia a la necesidad de una revolución mental (Cap. 3, p. 103). Como señalan, “en el caso de la industria de los medios, una serie de retos han hecho patente la necesidad de una revolución mental. Algunos no son exclusivos de la industria, pero se hacen presentes en ella de modo especial”.

También recomiendo el capítulo 5 (p. 155 en adelante), el de innovar leyendo los cambios, del que destacaría los siete apartados que incluye: temas como la convergencia entre lo online y lo offline en la oficina, la resistencia al cambio, las redes sociales y la autocomplacencia son vitales en un entorno como el actual.

De forma más personal, los dos últimos capítulos, los que tratan los temas del liderazgo y el tarea del líder, me han gustado mucho. De nuevo, algunos de sus apartados tratan, de primera mano, lo que está sucediendo (o lo que no está sucediendo y debería estarlo) en la gran mayoría de empresas de la comunicación.

Lecturas: ‘La ficción audiovisual en España: relatos, tendencias y sinergias productivas’

* Reseña publicada en Telos 91.

La ficción audiovisual en España: relatos, tendencias y sinergias productivas

Miquel Francés i Domènec y Germán Llorca Abad, coords.

ISBN: 978-84-9784-695-0

El nuevo libro La ficción audiovisual en España: relatos, tendencias y sinergías productivas, coordinado por Miquel Francés y Germán Llorca, comprende un total de diecinueve capítulos, estructurados en seis bloques, todos ellos relacionados, de una forma o de otra, con la ficción audiovisual. Los trabajos ofrecidos por los diversos autores participantes son el resultado de las IV Jornadas de Contenidos para Televisión Digital (CONTD), celebradas el 19 y 20 de mayo del pasado año en la Universidad de Valencia, en las cuales expertos, profesionales y académicos debatieron sobre la ficción televisiva como macrogénero audiovisual que aspira a las máximas cotas de calidad y eficiencia, tanto artísticas como económicas.

Estructura

El primer gran bloque Historias, relatos y narrativas consta de dos capítulos en los cuales se trata la evolución que la narrativa ha sufrido en los últimos años y de las estrategia que actualmente siguen para llegar al espectador. Los conceptos de cultura popular 2.0, como la denomina Álvarez Berciano, y el enfoque transmedia de la producción, a cargo de Alberto González, están bien tratados en el libro, con enfoques densos y bien documentados.

El segundo gran bloque lleva por título Géneros y tendencias y consta de tres capítulos a cargo de tres autores diferentes. En ellos, por este orden, se hace un interesante repaso de la producción de ficción española en el periodo 2005-2011; se centra la atención en el auge de la hibridación de géneros en productos con clara vocación de servicio público de calidad en un intento de atraer a los espectadores; y se analiza la desigual e histórica competencia entre los productos de ficción norteamericanos, principalmente estadounidenses, y los españoles.

El tercer bloque, Historia, memoria e identidad cultural, se centra “en la descripción de relatos con base anecdóticamente ‘histórica’, tanto nacional como local”. El primero de los capítulos del bloque, escrito por Luis Veres, se centra en el estudio del auge de las series de ficción con tintes históricos, más o menos alejadas de la realidad, tras una época anterior en la que predominaba un interés por temáticas quizás más arriesgadas en la, hasta ese momento, considerada pequeña pantalla.

En el segundo capítulo, se trata el caso concreto de la serie L’Alqueria Blanca, en un intento de estudiar e investigar la ficción televisiva como productora de referentes en el contexto cultural valenciano. Para ello, se ofrecen los resultados de la captación de datos de casi un centenar de personas, que fueron expuestos a uno de los capítulos de la serie emitida por la televisión pública valenciana.

El tercer capítulo, también muy focalizado en el ámbito local, pretende dar a conocer las preferencias de los consumidores valencianos en cuanto a contenidos televisivos en la pantalla convencional y en Internet, con el objetivo de averiguar qué grado de independencia tienen en la elección de los contenidos frente a los dictados del propio mercado. En esta ocasión, el universo de la investigación, basada en entrevistas en profundidad, es de 700 personas de entre 16 y más de 55 años.

El cuarto gran bloque, denominado Ficción y representación audiovisual, consta de cinco capítulos, siendo el más extenso de todos los incluidos en el libro. En dicho apartado, se analizan series americanas como The X Files, Bones, Los Soprano o The Wire, desde diferentes puntos de vista y por diferentes motivos. En las dos primeras ficciones, no elegidas al azar por la autora, el interés se centra en el universo del personaje y, para su estudio, se analizan los episodios pilotos de ambas series. En el caso de Los Soprano y The Wire, sin embargo, lo que se busca es analizar la influencia de las obras de Martin Scorsese en temas como la familia o la violencia. Además, el bloque se completa con una siempre interesante genealogía de la narración cinematográfica, a cargo de Juan Miguel Company, y un bonito capítulo sobre la música y el tratamiento sonoro en la ficción televisiva estadounidense actual, realizado por Xavier Mas i Sempere.

Los bloques cinco y seis, Producción y difusión y Ficción para los nuevos medios, son los dos últimos y, por su interés creciente, así como por el trato que durante las Jornadas se ofreció, con gran presencia de profesionales y expertos no académicos, se detallan con mayor interés.

La producción de ficción en España y su necesaria internacionalización

La ficción, no cabe duda, es el género ideal para anclar una imagen de marca positiva en cualquier cadena de televisión hoy día. En los últimos años, la emisión anual de dichos productos ronda las 1.500 horas en el conjunto del audiovisual y, una vez que las bases del sector se asentaron en los años novena, el subsector de la producción audiovisual española, a pesar de las nuevas estrategias derivadas de la crisis económica, presenta un futuro esperanzador.

Tal y como indican Francés y Llorca, es esencial diseñar productos de largo recorrido, planteando proyectos alrededor de una marca de ficción: la serie televisiva es la raíz de un proyecto, pero también se debe desarrollar una estrategia desde el inicio para la explotación a medio y largo plazo de otros productos virales. Esto, como se señala en los capítulos del bloque, algunas productoras españolas saben hacerlo muy bien al destacar lo importante que es el hecho de enfocar la producción de series como eventos: se trata de generar expectación para fidelizar al público.

Además, existe un cambio de ciclo en las grandes productoras por el cual se tiene que comenzar a realizar una nueva ficción y desarrollar unas nuevas estrategias empresariales muy enfocadas a la internacionalización. Por un lado, se trata de producir contenidos con temáticas globales e intentar que cada vez haya más series españolas en el extranjero. Por el otro, existe la necesidad de adaptarse a las condiciones del mercado internacional puesto que, aunque se ha mejorado mucho, las formas de hacer españolas deben ir un paso más allá. En este sentido, existen productoras que están creando sus departamentos de ventas internacionales; que saben lo que quieren, vender sus productos, y acuden a hacerlo a los festivales de larga tradición internacional.

La ficción para los nuevos medios y para las nuevas mentes

La televisión se ha convertido en centro de convergencia tecnológica y su industria de contenidos sigue siendo el principal motor de desarrollo. En torno a ella se sitúan todos aquellos prometidos novedosos mercados. Como no podía ser de otra manera, el libro, tal y como se trató en las Jornadas, se interesa por la visión de la producción audiovisual en torno a la cuestión de la televisión en la Web, los contenidos para nichos de mercado determinados y el transmedia, así como qué tipo de relación existe entre la ficción y los nuevos medios.

Miquel Francés, ya en la introducción, señala a este respecto que las cadenas de televisión deben entender que se tienen que adaptar al nuevo entorno digital interactivo si quieren continuar conectando con el público joven y joven-adulto, que ha migrado hacia los nuevos dispositivos y ha adoptado nuevas fórmulas de consumo. Como ejemplo, la relación que en los últimos años se ha establecido entre el consumo de televisión, llámese convencional, y la presencia en redes sociales, como puede ser Twitter, debe ser muy tenida en cuenta por los responsables de las producciones de ficción televisiva puesto que éstas generan predisposición –o ausencia de ella— por los contenidos que se ofrezcan y bien pueden servir de termómetro a la hora de elaborar nuevas tramas, sorprender al espectador o, simplemente, buscar una mayor difusión y promoción del producto.

La creación de contenidos complementarios, sobre todo interactivos, basados en marcas audiovisuales es una nueva realidad que hace que la experiencia y el conocimiento que se pueda tener sobre la tradicional serie de televisión aumente. En el centro de este proceso se seguirá situando el mercado televisivo, lugar donde el diseño transmedia de las producciones adquirirá un gran valor.

No cabe duda que el libro coordinado por Francés y Llorca es un buen punto de encuentro no solo para estudiantes de comunicación, sino para todos aquellos implicados en la siempre difícil tarea de producir un proyecto de ficción televisiva en su sentido más amplio. Los planteamientos de los diferentes autores están centrados en cuestiones muy variadas, que abordan gran parte de las cuestiones relativas a la ficción audiovisual en nuestro país, pero que no por ello caen en la dispersión, algo es de agradecer a los responsables de la coordinación del volumen.

#felizdiadellibro2012

Este año, mi recomendación de libros será más pequeñita que el anterior, pero no menos valiosa. Por unas razones o por otras, leí los siguientes libros y me gustaron mucho. Tanto que pasaron el filtro de una posible recomendación:

  • Leto, Jacquelyn (2011) Asian Invasion! The Korean Wave of Popular Culture Washes Upon Many Shores: K-Dramas
  • Moran, Albert; Keane, Michael (2004) Television across Asia: Television industries, programme formats and globalization. Usa, Canada: Routledge
  • Polo, Fernando; Polo, Juan Luis (2011)  #socialholic: todo lo que necesitas saber sobre el marketing en medios sociales. Barcelona: Gestión 200
  • Prouxl, Mike; Shepatin, Stacey (2012) Social TV: Social TV: how marketers can reach and engage audiences by connecting television to the web, social media, and Mobile. Reino Unido: John Wiley & Sons
  • Serra, Eduardo (2012) Las claves para transformar España. Barcelona: Destino

Lecturas: ‘Social TV: how marketers can reach and engage audiences by connecting television to the web, social media, and Mobile’

Existen pocos libros que me hayan gustado tanto en tan poco tiempo: Social TV: how marketers can reach and engage audiences by connecting television to the web, social media, and Mobile es una auténtica delicia. Por clarificador, por oportuno y por estar bastante bien escrito.

No es que en el libro se cuenten verdades no conocidas por los que se dedican al mundo de la televisión, pero sí es verdad que sintetiza, en algo menos de 300 páginas, todo un nuevo universo que ha surgido alrededor del televisor. Y sí, son Internet, las redes sociales y el concepto de movilidad —aquí incluyo el uso de tablets y smartphones.

Cada día se consume más televisión en el mundo. Es una obviedad. Pero este consumo ha cambiado. Personalmente, no concibo ver la televisión sin… hacer otra cosa. A veces, de manera estúpida, es algo que me preocupa, porque soy consciente de que “algo ha cambiado” y que no puedo estar quieto haciendo una sola actividad, pero siempre estoy con el ordenador o con el móvil mientras veo televisión: buscando información, charlando con amigos, riéndome con los tweets de la gente, etc. Simplemente, lejos de paranoias, la forma en que consumimos contenidos televisivos ha cambiado y, profesionalmente, hay que ponerse las pilas en ese sentido.

El libro consta de once capítulos y, sería injusto si destaco unos sobre otros, pues, en general, me han parecido de notable alto y sobresaliente todos y cada uno de ellos. Sin que sirva de precedente, me limitaré a enumerarlos. Que cada uno los descubra por sí mismo y decida cuál es mejor que otro. Son muchos conceptos, muchas ideas cruzadas, en las que es difícil elegir. Los capítulos son:

  1. The Backchannel
  2. Social TV Guides
  3. TV Check in Services
  4. The Second Screen
  5. Social TV Ratings
  6. Bridge Content
  7. Audience Addressability
  8. TV Everywhere
  9. Connected TVs
  10. Conclusion (for Now)
  11. To Be Continued…

Si bien el libro se centra única y exclusivamente en el caso norteamericano, las lecciones que de él se extraen bien pueden ser aplicadas a cualquier sistema televisivo. Ojo, y cuando digo cualquier sistema televisivo también incluyo al español, por mucho que algunos cafres siempre piensen que Spain is different para posteriormente cruzarse de brazos y no hacer nada.

Como dato curioso, el libro, al menos el electrónico, incluye un código QR que te da acceso a múltiples recursos tras cada capítulo y que están al nivel de los propios textos.

Actualización 1: Soy un poco tramposo, todos los capítulos tienen un gran nivel, pero, en función de mis gustos, recomiendo el capítulo 4, el 5, el 8 y el 9. Lo siento, no pude evitarlo.

Lecturas: ‘Los dueños del periodismo: claves de la estructura mediática mundial y de España’, de Ramón Reig

Aunque sea algo no evidente, todavía son muchas las lagunas que existen en el estudio de la industria comunicativa, escrita y audiovisual; sobre sus formas de trabajar y sobre los procesos económicos y sociales que alberga en su seno y que afectan directamente a la sociedad en su conjunto.

El profesor Ramón Reig, prestigiado investigador en estructura de la comunicación, española e internacional, con la edición de su nuevo libro, pero también con la más de media docena de libros escritos con anterioridad sobre el sector mediático, realiza un balance detallado sobre la industria de la comunicación a nivel mundial, prestando especial atención a los grandes países emergentes de América Latina y a los también conocidos como países bric, para ofrecer nuevas luces sobre la materia.

Hasta el momento, en España ha existido una injustificada escasa atención hacia los sistemas comunicativos de los países emergentes, algo que el profesor Reig intenta combatir con su nueva publicación, interesándose de forma crítica por la mercantilización y la politización característica del periodismo actual.

La importancia del análisis estructural: más que enumerar, relacionar.

A lo largo del libro, pero plasmándolo de forma escrita en las primeras páginas, el autor insiste en su doble carácter de periodista y profesor como condición pertinente para preguntarse el por qué de las articulaciones entre empresas informativas con otros sectores ajenos a la comunicación.

Para ello, Ramón Reig propone el enfoque estructural no buscando “enumerar y nadar en la superficie” sino “relacionar y profundizar”. Dicho enfoque, según el autor, exige “observación, análisis, capacidad crítica, inconformismo y agresión”.

De forma decidida, se interesa por hurgar en lo que está detrás del periodismo desde el punto de vista de la Economía Política, que tiene mucho de análisis estructural, y sitúa al periodista bajo la influencia económica, financiera y empresarial de los grandes grupos. Ahora, según Reig, mandan las corporaciones y el papel que el periodista juega en el medio de comunicación para el que trabaja se diluye en un mar de diversificación de actividades y concentración de propiedades.

La estructura mediática en América Latina: el español como patria

Uno de los puntos más importantes del libro, según la opinión del que escribe, es el capítulo dedicado al análisis de los grandes grupos de comunicación privados que tienen fuerte presencia en América Latina. Dicha área geográfica sigue, a grandes rasgos, las pautas mediáticas del resto de zonas del planeta pero, a su vez, presenta ciertas características particulares que la hacen especialmente relevante para profesionales, investigadores y estudiantes españoles. Entre ellas, se puede señalar la escasa o nula importancia de los grupos de comunicación públicos como consecuencia de la cercanía e influencia del sistema estadounidense.

Dicha parte, con una extensión de cuarenta páginas, se encuentra dividida en cuatro capítulos que ofrecen diferentes puntos de vista de la situación actual: una visión general del panorama mediático latinoamericano; una visión, en forma de fichas, de los grupos más relevantes que operan en cada país; un análisis de las conexiones entre ellos y con otros grupos accionistas ajenos al mundo de la comunicación; y un estudio de caso, el de la cadena española laSexta y el grupo mexicano de comunicación Televisa.

laSexta nace mediante un proceso novedoso en España, pues es la primera vez que una cadena de televisión está dominada por empresas productoras independientes también españolas pero, desde su mismo nacimiento, uno de los pilares fundamentales de la cadena ha sido el grupo Televisa. De larga tradición en medios de comunicación en América Latina, el conglomerado de la familia Azcárraga ya no sólo domina el territorio mexicano sino que incluye empresas mediáticas en otros muchos países de Latinoamericana, en Estados Unidos y, como deja apreciar el análisis contenido en el libro, también en Europa.

Al Jazeera TV y los medios de comunicación emergentes

Otras dos partes de la obra, con significativo recorrido futuro, son el capítulo dedicado a Al Jazeera TV, a la cual el profesor Ramón Reig califica como agencia ‘herética’, y la parte dedicada al análisis de la estructura mediática de tres países emergentes: China, Rusia e India.

Por poner alguna objeción a la obra, se echa en falta un análisis más desarrollado de la situación en Brasil, el cuarto país de los conocidos como bric. Bien es verdad que se habla de él cuando se trata la situación en América Latina, pero no con el detenimiento que la situación actual de los medios de comunicación en el país carioca se merece; mucho más cuando sus conexiones con grupos mediáticos españoles es intensa.

De las palabras del profesor sobre Al Jazeera TV se desprende cierta admiración por un grupo de comunicación cuyo nacimiento y posterior funcionamiento han permitido establecer cierto equilibrio “frente a Occidente y la estructura mediática que hasta ahora se venía reflejando”. El calificativo de ‘herética’, por tanto, le viene como anillo al dedo en cuanto supone una sentencia errónea, por alternativa, contra los principios ‘ciertos’ de lo establecido.

Del mismo modo, en las últimas dos décadas, los medios de comunicación en países como China, Rusia o India se han convertido en auténticos medios globalizados. Dicho proceso está todavía en curso pero existen importantes indicios que dejan apreciar cómo está afectando a otros países a nivel mundial.

Los países bric tienen en común una gran población, un territorio enorme, una nada despreciable cantidad de recursos naturales y, sobre todo, presentan un potente crecimiento económico y comercial en los últimos años.

Sin embargo, todos ellos presentan un panorama político, económico y mediático que varía sustancialmente y, como resultado de ello, se potencian unos aspectos u otros en el área de los medios de comunicación que varían según el país que se analiza.

Las motivaciones de los diferentes gobiernos para impulsar la globalización mediática de sus empresas, públicas o privadas, también varían mucho y van desde las motivaciones políticas o económicas hasta las culturales e ideológicas.

Como consecuencia de todo ello, es necesario estudiar más a fondo lo racional, manifiesto o encubierto, de la globalización mediática en estos países. Del brillante análisis de Ramón Reig se deduce el peso de los Estados, pero también y cada vez más de alianzas entabladas entre grupos multinacionales, ligados a la comunicación o no, que no siempre responden a valores pluralistas y/o antimonopolistas, algo que debe ser constantemente vigilado y puesto en liza.

Lecturas: ‘Vivo en el futuro… y esto es lo que veo’, de Nick Bilton

El otro día pasaba por La Casa del Libro y no pude evitar comprar ‘Vivo en el futuro y esto es lo que veo’. El título no es que sea para sentar Cátedra, pero reconozco que es de obligada lectura para todo aquel interesado en la deriva de Internet y el consumo de contenidos. Sin realmente saber cómo será el futuro, toca múltiples palos que permiten visualizar mejor hacia dónde se va: nada volverá a ser como antes.

El libro está escrito por Nick Bilton, joven periodista de New York Times, profesor universitario y también autor del blog Bits. Es muy ameno, con muchos ejemplos y casos reales desde un punto de vista positivo: el autor no está muy por la labor de dar la razón a aquellos que piensan que Internet es, más que nada, una fuente de distracción.

En el plano del contenido, me quedo con dos mensajes claros: los consumidores pagamos por la experiencia, no sólo por el contenido; y la importancia de las relaciones entre personas entre las redes sociales. En esto último, Twitter es un filón.

Lecturas: ¡Atrápalos como puedas! La competencia televisiva: programación y géneros

¡Atrápalos como puedas! La competencia televisiva: programación y géneros
José María Villagrasa
Valencia: Tirant lo Blanch, 2011, 208 p.
ISBN: 978-84-9985-041-2

* Publicado en TELOS Revista número 87 – Abril – Junio 2011 http://bit.ly/igtcrr

La responsabilidad del programador de televisión

Con frecuencia, los espectadores, destinatarios de ese inmenso caudal de contenidos que proporciona la televisión, ignoran o no prestan la necesaria atención a la enorme capacidad que esta tiene para influir en modas y gustos sociales, así como la espectacular lucha que las diversas cadenas libran para cautivar al público y vender su atención a los anunciantes. Dicha operación es un complejo e inmenso trueque en el que, de forma general, las televisiones generan públicos mediante la colocación de sus programas más atractivos en la parrilla para luego vendérselos a los anunciantes y donde el arte de programar -qué programar, pero también cómo hacerlo- se convierte en determinante del éxito o fracaso del producto televisivo y, por ende, del éxito o fracaso de un canal de televisión en un clima de creciente competencia.

La televisión se ha convertido en centro de convergencia tecnológica y su industria de contenidos sigue siendo el principal motor de desarrollo. En torno a ella se sitúan todos aquellos prometidos novedosos mercados. El responsable de programación ha de tener en cuenta la oferta paralela, los propios contenidos, su colocación en la parrilla y los hábitos de consumo de la audiencia para la elaboración de la rejilla y, por consiguiente, para los encargos de producción.

La programación, elemento estratégico

Los responsables de programación, por tanto, ocupan un lugar esencialmente estratégico en el organigrama de una empresa de televisión que, sin embargo, no se ha visto correspondido lo suficientemente en los planes de estudios de las universidades españolas hasta hace relativamente poco.

El profesor José María Villagrasa, en ¡Atrápalos como puedas! La competencia televisiva: programación y géneros, ofrece un análisis de los factores que más influyen en la toma de decisiones de un programador responsable. Se trata de una profesión que conjuga eficaces habilidades prácticas, para las cuales no existen técnicas únicas y donde el profesional se ve obligado a métodos de trabajo ad hoc, con sólidos conocimientos teóricos que permitan comprender mejor el entorno que rodea a la toma de decisiones propia de su labor.

Con una visión claramente industrial, el autor ha pretendido exponer unas y otras partiendo de lo más general hacia lo más concreto, con el fin de una detallada y gradual comprensión. En estos apartados, las explicaciones históricas breves serán una constante y la comparación entre formas de actuar en el mismo sector se harán necesarias.

El libro de Villagrasa está repleto de ejemplos. Dos de ellos, muy buenos, son sus razonamientos sobre el exitoso intento de la cadena ABC por competir con NBC y CBS, adelantando el estreno de sus series antes de la llegada del otoño y que acabó dando un vuelco al conservador sistema de temporadas en la década de 1960 y la justificación de la a posteriori brillante decisión de Antena3 en 2009, que prefirió estrenar Doctor Mateo la noche de los domingos y no la de los jueves para evitar competir con las triunfantes 23-F, El día más difícil del Rey y Águila Roja.

Estructura

En el capítulo uno del libro se desgrana la singularidad de la industria televisiva como sistema comunicativo complejo. Para ello se ponen de relieve los perfiles básicos, económicos y tecnológicos de las cadenas de televisión, haciendo especial hincapié en los sistemas de difusión -vía tierra, vía satélite, vía cable, digitalización-, la cobertura geográfica -internacional, nacional, regional o local- y los sistemas de financiación -publicidad, canon y suscripción, entre otros-. Asimismo, se analiza algo que está sucediendo actualmente en el panorama televisivo: el paso de la macrotelevisión a la microtelevisión o, lo que es lo mismo, de una televisión ampliamente generalista a otra en la cual el individuo y las pantallas multiplataformas adquieren un vital protagonismo.

El capítulo dos se centra en el análisis de la programación televisiva como instrumento con el cual la cadena articula su oferta de contenidos e introduce una rutina en el consumo del telespectador. A partir de tal definición, se ofrecen las principales herramientas con las que el programador cuenta: los siempre dudosos estudios de audiencia y una cuidada organización de la parrilla. Respecto a esto último, el programador debe ser consciente del poder que la planificación de los diversos productos tiene si se acierta con la franja programática adecuada, así como de la importancia de la autopromoción y de la continuidad en la imagen corporativa del canal.

En este capítulo, además, se tratan cuestiones determinantes y vinculadas a la elaboración de la parrilla de programación, como son la producción de programas de televisión -diferenciando entre la propia, la ajena y la independiente- y la apuesta por un tipo u otro en función de las características del producto. El profesor también se atreve aquí a profundizar en el por qué del éxito o el fracaso televisivo, interesándose en las estrategias y técnicas de programación que, de forma más habitual aunque nunca de forma totalmente segura, permiten apuntalar los éxitos y, especialmente, evitar los fracasos.

El capítulo tres se concentra en analizar la ficción televisiva, la primera de las grandes categorías en las que se pueden dividir los contenidos en televisión. Sin duda, es el género que más se adecua a la fábrica televisiva, que tiene mayor presencia en las parrillas de programación de todo el mundo y, principalmente, el que suele ocupar los segmentos de programación más importantes, debido a su usual atractivo para los espectadores. De ahí la extensión del capítulo en el libro, que permite al autor analizar la formación de la ficción a partir de su interconexión con la cultura de masas, su evolución histórica y las características que mejor definen a los principales géneros de ficción televisiva (la serie dramática, la telecomedia, la película para televisión, la miniserie y el serial o telenovela).

De suma importancia también resulta el apartado que se dedica a analizar el proceso creativo-industrial en la elaboración de un proyecto de ficción, en el cual la figura del productor ejecutivo, por encima de otras, sobresale hasta convertirse en el verdadero creador del proyecto y responsable último en lo creativo, organizativo y económico.

El capítulo cuatro, por su parte, se enfoca en la información y en el deporte, los otros dos macrogéneros que se presentan como los más demandados en televisión. De hecho, en función de la cadena, de forma agregada, suelen ocupar hasta dos tercios de las parrillas de programación. Por un lado, la influencia de una plataforma informativa en televisión es tal que hace que estas se mantengan en las rejillas de programación de manera incuestionable. Por el otro, las retransmisiones deportivas son siempre las más codiciadas por las cadenas, que con ellas se aseguran las emisiones más vistas del año.

El capítulo cinco está reservado para los llamados programas de entretenimiento. Con una gran tradición histórica, este macrogénero, cuyo objetivo es crear espectáculo y entretener, es un gran cajón desastre donde entran talk shows, reality shows, concursos, espectáculos y variedades, programas de humor y musicales.

El capítulo seis, el último, se brinda al análisis de aquellos programas cuya programación se hace en función de lo peculiar del público objetivo al que se dirige. En este sentido, es interesante reseñar la importancia estratégica de los programas dirigidos a los telespectadores de menor edad, así como a aquellas audiencias minoritarias que tengan interés en programas documentales, divulgativos o religiosos, en la nueva televisión temática y multicanal.

Un público heterogéneo

Los destinatarios de esta obra, que el autor elabora con profundo rigor pero que no impide la lectura amena gracias a los múltiples ejemplos y anécdotas que incluye, son los estudiantes de Ciencias de la Información y los profesionales del sector, no solo programadores sino también productores, responsables de marketing y, de forma general, todos aquellos implicados en la siempre difícil tarea de gestionar una cadena de televisión.

Todos ellos deben comprender que en televisión, el acierto o el error último de un programa es atribuido a la cadena antes que a la productora, al actuar estas generalmente por encargo y bajo los dictámenes de la cadena financiadora. El acierto o error depende en gran medida, por tanto, del responsable de programación. Si bien la importancia de este se diluye en las nuevas plataformas digitales, es importante comprender que los hábitos de los consumidores no cambian tan deprisa como a algunos les gustaría y que la televisión continuará ocupando un lugar central en la creación de valor de los contenidos audiovisuales del futuro.

Es fundamental, por ello, instruirse en los conocimientos teóricos y prácticos para el desempeño de dicha labor, pues aunque se relajan y se muestran más difusas en la televisión del futuro, dichas pautas -no hablemos ya de los géneros, siempre presentes y en constante hibridación- seguirán vigentes en las plataformas interactivas venideras.

Francisco Gallego Calonge