Acabo de terminar el libro de Marc Vidal. Me ha encantado. Escrito de una forma sencilla, no deja títere con cabeza a la hora de hablar de la sociedad española. Y… dice cosas que yo llevo pensando mucho tiempo. Pero, claro, él pone los puntos sobre las íes y es capaz de explicarlo mucho mejor.
Hace mucho escribía que la fórmula para salir de la crisis era mover el culo. Muchos conocidos se reían o hacían bromas. Pero, de verdad, que pienso que no es que sea una salida sino que es la única salida. Emprender, en su sentido más amplio, es lo que toca. Ya no hablo de montar una empresa —no todo el mundo vale, no todo el mundo debe querer— pero sí que, cada uno a su manera, tiene que currárselo. Nadie, absolutamente nadie, solucionará los problemas de la gente que no los mueva. Vamos a un mundo con una mayor desigualdad. Si nuestros padres vivieron un momento social en el que la clase media iba engordando y engordando hasta convertirse en la bases sobre la que se construía la sociedad, a nosotros nos tocará vivir un momento en el que dicha clase media se diluierá, haciendo que la clase alta y la clase baja engorden. Dónde se situará cada uno, depende —no exclusivamente, pero sí de forma determinante— en lo que cada uno haga. Es obvio que la crisis pasará pero… no va ser lo mismo para nadie. Muchas de las grandes mentiras no tendrán vigor y, quien pretenda vivir igual que antes, las va a pasar canutas. A nivel individual, social y, por supuesto, empresarial.
Una vez, en una clase de máster o curso de experto intenté explicárselo a los alumnos. Me salió a bote pronto —seguro que lo leí por ahí—, pero recuerdo sus caras de saber claramente a lo que me estaba refiriendo. Puse el ejemplo de un rombo y un reloj de arena. La concepción de la sociedad en la época de nuestros padres era la de un rombo: clases alta y baja estrechas y una clase media gruesa. En cambio, la nuestra será la del reloj de arena, con una clase media menguante, una gran capa social de clase baja y, por último, una clase alta más numerosa que antes. Mezclando conceptos, esta clase alta, no necesariamente rica pero sí acomodada en términos monetarias, se asociará a la clase creativa de Florida. Todo esto, con otros ejemplos y otras palabras, está reflejado en el libro Contra la cultura del subsidio: la microburguesía low cost y su escasa iniciativa empresarial.
Debo confesar que tenía muchas ganas de leerlo desde hace varios meses, pero el hecho de tener otros libros pendientes, el ir a la librería y no encontrarlo en alguna ocasión y… las múltiples cosas que uno tiene por hacer, no me habían dejado. He devorado el libro, muy sencillito de leer y bien escrito, en dos días. Algunos ejemplos ya los conocía, pues suelo leer a Marc en sus blogs (aquí y aquí), así como su cuenta de Twitter, pero la verdad es que el libro merece la pena. Es un chute de energía que elimina, o pretende eliminar, el anestésico con el que todos desayunamos. Tanta como la que él demuestra aquí.